Felicidades a los evangélicos en su día

Felicidades a los evangélicos en su día

Con la aprobación de la Ley 331-09, propuesta por el autor de este artículo, se establece el 31 de octubre de cada año como “Día Nacional de la Comunidad Evangélica y Protestante” de República Dominicana.

La fecha se hace coincidir con la conmemoración del histórico Día de la Reforma Protestante, recordando así, aquel 31 de octubre del año 1517, cuando Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la universidad de Wittenberg, Alemania, con las cuales exponía las razones para que la iglesia de entonces fuera reformada. Aunque antes de él hubo grandes reformadores, tal es el caso de Juan Hus, quien aproximadamente cien años antes de Lutero se atrevió a profetizar sobre este, justo al momento de ser quemado en la hoguera, lo siguiente: «Pueden matar el ganso, pero dentro de cien años aparecerá un cisne que no podrán quemar».

Es bueno señalar que el movimiento Protestante tuvo su mayor inspiración en ese episodio histórico protagonizado por Lutero, quien al igual que San Pablo creyó que somos salvos por gracia y no por obra para que nadie se gloríe. Por esa razón combatió enérgicamente las ventas de indulgencias y todo otro medio que procurara la salvación sin apelar a la divina gracia.

Los evangélicos han crecido considerablemente en nuestro país, esto se evidencia en las cifras que muestran firmas encuestadoras de mucho prestigio que le asignan una feligresía activa y militante que ronda un 25% de la población dominicana.

Esta comunidad religiosa ha sabido crecer de manera cuantitativa sin necesariamente perder la calidad de su esencia; hoy podemos encontrar miembros de las iglesias evangélicas accionando de manera protagónica en las distintas esferas de la sociedad, impactando positivamente con su testimonio de vida a todo su entorno.

Hoy no es extraño ver, no solo los templos, sino también orfanatos, asilos, colegios, universidades, medios de comunicación, clínicas, clubes, distintos programas de asistencia dirigidos por instituciones.

Felicidades a todos aquellos que han abrazado el Evangelio desde la óptica y cosmovisión protestante.

 

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