¡Felicitaciones!

¡Felicitaciones!

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Después de haber pasado unas tres semanas en el exterior, por supuesto sin los enervantes apagones eléctricos que pacientemente y pacíficamente soporta el pueblo dominicano, recibimos la enorme sorpresa, al recorrer el trayecto aeropuerto Las Américas-Santo Domingo, la belleza y lo bien cuidado de ese recorrido, conocido como la ventana del país.

Hacía falta que una institución con alguien responsable a la cabeza, tomase la decisión de poner nuestro país a la altura de los desarrollados, porque a decir verdad -y lo decimos con propiedad ya que conocemos muchos de los más desarrollados del mundo- no se le queda atrás.  Es más, podemos afirmar que lo único comparable que hasta ahora hemos visto, es al paseo al lado del Bósforo en la ciudad de Istambul, Turquía, el cual  posee también una belleza extraordinaria.

Nos sorprendió enormemente, como las palmas de cana que se habían secado fruto de un trasplante deficiente habían sido sustituidas y podadas las pencas secas de las sobrevivientes.  Como la grama y las rocas que estratégicamente han sido colocadas para impedir el paso de un sentido al otro, han sido objeto de un cuidado esmerado. Los paseos, anteriormente destartalados y semidestruidos por los ciclones y otros fenómenos atmosféricos han sido restaurados, y hasta una plaza en la que sólo había mástiles, hoy ondean las banderas de los hermanos países del Continente.

En el pavimento de rodaje, las líneas han sido revividas para indicar los carriles de los vehículos, asimismo, los muros separadores conocidos como New Jersey, han sido pintados y colocado estratégicamente unos objetos reflectores que indican a los conductores la proximidad de los mismos.  Del mismo modo, la seguridad de los peatones ha sido asegurada en los lugares neurálgicos, por puentes peatonales que atraviesan la autopista de lado a lado.

Pero como sucede en nuestro país, que todas las cosas buenas están acompañadas de pequeños defectos que impiden que la loa sea completa, debemos señalar, que desde el tramo comprendido entre el puente Rey Juan Carlos y el que atraviesa la autopista de San Isidro, el caos impera en alguna de estas zonas. Veamos:

Debajo del puente Rey Juan Carlos, los autobuses y vehículos públicos han improvisado una parada en la cual se incluye servicios de comida rápida, paleteros, coqueros y hasta vendedores de chucherías, esto representa un gran peligro por los entaponamientos que se producen, sin que se note la presencia de los responsables del orden público.

La marginal norte que va desde el puente Juan Carlos hasta el antedicho puente de la autopista San Isidro está paralizada. Esto trae el inconveniente que pobladores inconscientes depositan basura con el consabido olor desagradable que los desperdicios despiden sobre todo en esta época lluviosa.  Además, el elevado que se construye para desviar a las instalaciones deportivas al lado del parque Los Tres Ojos, no sólo está inconcluso, sino que no se detecta que se esté laborando para darle terminación. Lo mismo ocurre con el tramo que va desde el descenso de este mismo elevado hasta el puente norte que sería el desvío hacia la avenida Charles DeGaulle y la base aérea de San Isidro.  Del otro lado, el carril debajo del mismo puente sufre del mismo mal, no se está laborando para su terminación.

Si obviamos estos trabajos que con un pequeño esfuerzo de parte de las autoridades se podrían finiquitar, la vía expresa que constituye la autopista Las Américas debe de llenar de orgullo a todos los dominicanos que disfrutamos el complemento que constituye ese hermoso y bravo Mar Caribe con sus aguas color esmeralda y un paisaje verdaderamente ecológico. Ojalá se continúe con estas tareas de embellecimiento que motivarán al visitante a volver a disfrutar las bondades y la generosidad del pueblo dominicano.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas