Feligreses participan en la procesión Ciudad Colonial

Feligreses participan en la  procesión Ciudad Colonial

Cientos de feligreses participaron ayer en la procesión de Domingo de Ramos o la “entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén”, con la cual inicio la Semana Santa 2018. El recorrido abarcó varias calles de la Ciudad Colonial y concluyó con una misa en la Catedral Primada de América.
El arzobispo auxiliar de la de la Arquidiócesis de Santo Domingo, reverendo Jesús Castro Torres, encabezó la eucaristía, en cuya homilía exhortó a las autoridades nacionales a enfrentar los vicios que dijo esclavizan y humillan a los jóvenes.
También la violación de las leyes de tránsito y las secuelas de muertes que eso ocasiona; los feminicios, los abusos laborales y bajos salarios a trabajadores migrantes y los problemas que afectan a la niñez y a los ancianos.
“Bendito sea el que viene en nombre del Señor. Cristo pasó por la vida haciendo el bien, sanando corazones esclavizados y enfermos”, expresó al resaltar la humildad con que Cristo entró a Jerusalén y la traición de que fue víctima por personas que horas antes les prometían amistad y lealtad.
“Los jóvenes de hoy necesitan la presencia de Dios; tantos jóvenes que son esclavizados por las drogas de todo tipo, ellos también necesitan de la liberación de Dios. Son crucificados, maltratados, que son llevados a la cruz igual que Jesucristo. Ellos necesitan de nuestra redención”, expresó Castro.
Dijo que en los barrios hay estructuras que les inculcan vicios, como el de la droga a los jóvenes.
“Son llevados, maltratados por el vicio y ahí es que las autoridades tienen que prevenirles y decirles ya basta con la destrucción de lo más sensible, que es la juventud, que está crucificada y humillada”.

Dijo que otro grupo que como Jesucristo es crucificado, son los migrantes. “Miles de personas vienen a trabajar a nuestro país, y a veces se forman estructuras que no son capaces de brindarles una seguridad médica, ni jubilación, ni pensión al final de la vida. Lo van esclavizando y humillando, no les pagan un sueldo justo”.
Dijo a los grupos empresariales no les importa la dignidad humana, sino ganar dinero.
Agregó que otra forma de crucificar a Jesucristo, es ver “a tantos jóvenes haciendo competencias de motores a la vista de todos, de la autoridad, y no son capaces de decirles a éstos jóvenes basta ya”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas