SAN JUAN (EFE).- El dominicano Felipe Alou se ha convertido en el latinoamericano que más juegos ha dirigido en las Grandes Ligas valiéndose de un alto sentido de competitividad.

No importa quién sea su rival, nunca se ha dado por vencido y a la hora de tomar decisiones es tan firme que no se deja influenciar por quién sea el rival, así sea su hijo, el toletero Moisés Alou.

Pero el dirigente de los Gigantes de San Francisco dejó claro que todo esto no quiere decir que sienta una mezcla de emociones en situaciones como cuando perdió a manos de un cuadrangular del menor de los Alou.

El padre no dejó de sentir orgullo cuando Moisés le frustró su estrategia en un relevo de lanzadores, pero advirtió que era muy diferente a que fuera a felicitar a su hijo una vez acabó el juego del pasado 19 de mayo, con una victoria para los Cachorros de Chicago.

«Después de que me dan cuadrangulares no hablo ni con mi hijo», dijo entre risas Felipe Alou, previo a un juego entre los Gigantes y los Expos de Montreal en el estadio Hiram Bithorn de esta ciudad.

Con el marcador empatado 3-3, Felipe envió a la lomita al relevista derecho Jim Brower para enfrentar a Moisés, un zurdo que comparte el cuarto puesto de más jonrones esta temporada.

«Pensé en lanzarle mal o no tirarle algo que pudiera batear para el lado izquierdo, pero lo llevamos a 3-1 y el próximo `pitcheo’ se quedó por el medio del plato», recordó

Moisés Alou pegó un kilométrico cuadrangular sobre el jardín izquierdo y que salió del estadio Wrigley Field de Chicago.

«Por lo menos me da la satisfacción de que crié un buen hijo. Es un hombre muy valiente. No le importa con quien juegue. Hasta contra mí, cuando a veces vamos a pescar juntos, quiere derrotarme también», expresó Felipe Alou.

A diferencia del dirigente dominicano, cuyo equipo de San Francisco está tercero en la División del Oeste con marca de 19-24, Moisés disfruta de una primera mitad de campaña más cómoda en Chicago con récord de 24-18 y empatado en el primer puesto de la División Central de la Nacional.

Además, el guardabosques de los Cachorros cuenta con un saludable .312 de promedio de bateo, 12 cuadrangulares y 31 remolcadas.

«El es un hombre mucho más duro que yo», dijo Felipe Alou.

«No solamente en el béisbol, sino en muchas otras actividades de la vida. Es mejor bateador de lo que yo fui», afirmó.