CARLOS NINA GOMEZ
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Una advertencia repetida a Félix -Tito- Trinidad: Su nuevo regreso a los cuadriláteros, después de más de dos años fuera de acción, podría ser catastrófico.

También reitero que siempre tuve -y la tengo- una gran admiración en favor del estelar peleador puertorriqueño, ganador de tres coronas mundiales en diferentes divisiones.

Recuerden que conquistó los títulos welter, mediano júnior y mediano.

Y que llegó a ser sindicado, en la década de los 90, como el mejor boxeador del mundo kilo por kilo.

Tito Trinidad, y no lo escondo, fue mi ídolo del boxeo moderno. En sus grandes combates siempre escribí a su favor.

Cuando enfrentó, aquel fatídico 29 de septiembre del 2001 en el Madison Square Garden de Nueva York, a su verdugo Bernard Hopkins, de quien perdió por nocaut, estuve presente…y asistí a sus entrenamientos. Lo entrevisté varias veces y siempre fue receptivo con la prensa.

Tras su amarga derrota, la primera que sufrió en su maravillosa carrera, comenzó a dar visos de colgar los guantes. Aunque cuatro meses después, en Puerto Rico, logró una pálida victoria frente a un rival desconocido, una semana después anunció el retiro de los  ensogados. de este boxeador.

Tengo que volver a escribirlo: Aquel retiro de Tito Trinidad nunca lo creí…y partiendo de mi incredulidad, escribí varios trabajos en los que aseguraba que Tito Trinidad no le hablaba la verdad a su pueblo. Ni al mundo del boxeo, porque la realidad era que no estaba retirado. Que más bien había tomado unas «especiales vacaciones» y que regresaría al boxeo activo.

La historia es bien conocida: Tito Trinidad regresó. Su palabra, y la de su padre don Félix Trinidad Rodríguez, rodaron por el piso.

Nunca olvido la declaración de don Félix Trinidad Rodríguez quien afirmó, con voz prepotente, que «Tito Trinidad no regresaba al boxeo ni por 100 millones de dólares».

Fueron palabras huecas. Tito Trinidad, como lo había escrito este columnista, anunció su vuelta al ring. Se preparó para regresar con éxito. Y fue así: En su  regreso, también en Nueva York, vapuleó en nueve asaltos al bocón nicaragüense Ricardo Mayorga  regreso fallido.