Primitivo Cadete 
Félix Díaz con la bandera dominicana tras una victoria en uno de sus combates. Archivo.
El campeón olímpico es uno de dos atletas que ha hecho sonar el himno dominicano en el más importante evento deportivo
En el ámbito del deporte, y hasta entre quienes no tienen vinculación estrecha con este renglón, prevalece la creencia de que los jóvenes que se inclinan por la práctica del boxeo proceden de los extractos sociales más “humildes” de la sociedad.
Esa situación, sin embargo, no ha sido un “obstáculo” para que en República Dominicana, parte de sus atletas más sobresalientes sean “boxeadores”.
Un ejemplo de ello lo representa Félix Díaz, ganador de medalla de oro en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, donde fue el único púgil de América en subir a lo más alto de podio.
Félix Díaz es, además, el único atleta nacido en República Dominicana con un metal dorado en Juegos Olímpicos.
Es tan solo uno de dos atletas que ha hecho sonar el himno dominicano en el más importante evento deportivo multidisciplinario del planeta.
El otro es el velocista Félix Sánchez, quien conquistó oro en Atenas 2004 y en Londres 2012. Nació en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos.
Los incentivos y reconocimientos
Aunque se le considera entre los atletas más exitosos de República Dominicana, ninguna instalación del país ha sido designada con su nombre y los reconocimientos han sido escasos, a diferencia de lo sucedido con otros competidores.
Al ser consultado sobre el poco respaldo que ha recibido, la respuesta de Díaz fue rápida y precisa. “La única explicación es que soy boxeador y a los boxeadores se nos margina por nuestra procedencia”.
Félix Díaz nació en el barrio La Javilla de Sabana Perdida.
Sencillo
La sencillez es una de las cualidades que adornan a Félix Díaz. Nunca se le ha visto hacer peticiones desproporcionada y fue construyendo paso a paso su condición de “estrella”.
14 años de su oro olímpico
El 23 de agosto de este año, se cumplió 14 años de la memorable ocasión en que Félix Díaz hizo sonar el himno dominicano en los Juegos Olímpicos, hazaña que solo ocurría por segunda ocasión en la historia.
Recibió como reconocimiento un incentivo gubernamental de siete millones de pesos y un ascenso en la Fuerza Aérea Dominicana, institución a la cual pertenece.
El empresario Ricardo Jacobo le regaló un apartamento. “Ahí quedó todo y lo agradezco”, dijo.
