SAN JUAN (EFE).- El boxeador e ídolo nacional Felix «Tito» Trinidad recibió ayer en La Fortaleza un reconocimiento de la gobernadora, Sila Calderón, por su labor como deportista. Trinidad, que venció el sábado pasado al nicarag~ense Ricardo Mayorga en Nueva York, llegó a la residencia de la gobernadora casi una hora más tarde de la hora prevista conduciendo él mismo un vehículo «Hummer», de color verde, acompañado de su mujer, Sharon, y su madre, doña Irma.
Sobre una alfombra roja, tendida en su honor, el boxeador firmó autógrafos y se dejó fotografiar con quien se lo pidió, sin dejar de sonreír y levantar el puño.
«Tito que me pongo a llorar, que lloro», repetía nerviosa una niña mientras Trinidad le firmaba una bandera de Puerto Rico.
La ceremonia fue inaugurada por el secretario de Recreación y Deportes, Jorge Rosario, quien dijo del boxeador boricua: «Es un joven héroe puertorriqueño que nos ha enseñado a ver boxeo y que ni él sabe el fenómeno social que ha producido».
«Las puertas de La Fortaleza se abren para ti del mismo modo que se abren las puertas de los corazones de todos los puertorriqueños», continuó Sila Calderón.
La gobernadora reconoció «la disciplina, la constancia, la tenacidad y la valentía» del púgil, pero también su calidad como persona. «Por tu forma de ser todos creemos que somos amigos tuyos», subrayó la mandataria.
Calderón quiso extender el reconocimiento a toda la familia de Trinidad «porque los niños no nacen de la grama», dijo. Luego pidió una aplauso para la esposa del boxeador, Sharon, y agradeció «los riquísimos caldos» que cocina la madre del púgil, Doña Irma.
«Mientras Dios me dé salud, lo daré todo por mi familia y por el pueblo de Puerto Rico, siempre daré lo mejor de mí porque estoy súper orgulloso de ser puertorriqueño», dijo Trinidad, quien regaló un guante de pelea a la Gobernadora.
«Usted (a Calderón) me ha contado que su papá le enseñó a boxear cuando era pequeña, pues aquí tiene la derecha», le indicó Tito a la mandataria entre las risas de un gran número de jefes de agencias estatales allí congregados. Acto seguido, Calderón se lo puso y bromeando le propinó un derechazo al boxeador.
«Si me lo hubieran dado hace 10 años ahora sería presidenta de Estados Unidos», dijo la gobernadora entre risas en un momento en el que pensaba que la prensa no estaba escuchando.
En el guante se podía leer: «A la honorable Sila Calderón, con todo mi respeto, de su campeón, Tito Trinidad».
En una recepción posterior al reconocimiento, Trinidad, quien consideró que no ve oportuna una revancha con el nicarag~ense Ricardo Mayorga, reconoció que «la gente del boxeo no se esperaba que la pelea con Mayorga fuese tan grande, que lo fue realmente por el recibimiento que la gente de Puerto Rico me hizo».
Trinidad indicó que se encuentra en plena forma. «No salí maltrecho ni hinchado de la pelea», dijo, pero reconoció que está un poco cansado por el ajetreo del recibimiento y los reconocimientos con los que el pueblo boricua le está agasajando. Luego anunció que en unos pocos días volverá al gimnasio.
El púgil eludió dar el nombre de su futuro contrincante, y aclaró que su padre, que no pudo asistir a la ceremonia, y él deben discutirlo con su promotor, Don King, porque quizá tengan intereses diferentes.
«Todo Puerto Rico y mucha gente de la familia está esperando que pelee con Hopkins, lo que será mucho más grande que lo que ha pasado en el país tras la pelea con Mayorga», dijo a EFE doña Irma, la madre de Trinidad.
El querido boxeador tuvo tiempo incluso para opinar de la actual huelga que enfrenta a los empleados de la corporación estatal Autoridad de Acueductos y Alcantarillados con la patronal. «Me siento mal por lo que está pasando y les exhorto a que encuentren la paz», afirmó el púgil boricua.