Fellón Pichirilo, personaje Serie 23

Fellón Pichirilo, personaje Serie 23

POR JOSE M. RODRIGUEZ H.
SAN PEDRO DE MACORIS.-
Fue uno de los apellidos más populares en la década del 40, tanto en San Pedro de Macorís como en otros lugares del país y de Las Antillas. En la calle del alba, musical y marinera: La Aurora, donde moraban Pepino y sus hijos, los Bustamante, todos músicos y, los Pichirilo, todos ligados a un velero: La Grecia, y a la mar.

Allí nos encontramos con Fellón, de estirpe marinera, hijo de Agustín Pichirilo, hombre de buena vista, que compraba frutas en Macorís a dos por chele, y las vendía en Curazao a un florin.

No es de extrañar que este hombre, más comerciante que marino, dueño de las goletas La Grecia P., La Grecia 11 y La Rosa Aurora, tuviera en su casa de La Aurora un armario y un cofre lleno de papeletas.

Fellón, su avispado hijo, hizo una copia de la llave, y de cuando en vez “pescaba”, nunca más de diez pesos, que le alcanzaban para todo, incluso para “resolver”.

El abuelo de Fellón, italiano, se radicó en la Punta Pescadora y allí formó su familia: Miguel, Talo, Agustín, Chichilo y cuatro hermanas.

“Mi padre fue un hombre rico, que supo trabajar. No creía en bancos. De ahí que guardaba su dinero en un armario” -nos dice Fellón-.

Y continúa: Cuando La Grecia atracaba en algún puerto, papá se iba a un café cercano con sus tripulantes, casi todos de la familia; ordenaba cerrar el negocio, a beber y comer, y él pagaba la cuenta. Fue un hombre espléndido, que disfrutaba de la vida”.

En aquella época se hizo famosa y se repetía la frase de un merengue que decía: “Ah, no quieren ser Pichirilo!. Fellón nos aclara: “La fama del apellido llegó lejos. De alguna manera esa fue una desgracia para nosotros. Don Paco Escribano, el famoso humorista, fue el creador de la frase cuyo estribillo repetía una y otra vez, en su programa radial”.

Aunque parezca extraño, Trujillo se interesó en el tema -cuenta Fellón- y preguntó; “Quienes son esa gente de que tanto se habla?”… y ahí mismo comenzaron las vicisitudes de los Pichirilo.

Los “celos” de Trujillo funcionaron y se propuso mortificar a esa familia. Fellón estuvo preso varias veces, así como otros del mismo apellido. En el primer viaje de La Grecia, llamada así por la hija mayor de Agustín, sólo llevaban frutas que se vendían en el mismo puerto de Curazao.

En el segundo, previo acuerdo con el ingenio, llevaron un cargamento de azúcar y, además, unas 20 “profesionales del sexo”, que hacían su zafra particular en la zona de tolerancia llamada “Campo Alegre” y otras veces -dice Fellón- en la cubierta de la goleta.

Fellón comenzó a navegar a la edad de 15 años, razón por la cual descuidó sus estudios. “Yo estuve cinco años para hacerme mecanógrafo donde doña Marcela.

“Sin embargo -agrega- en Contabilidad fue todo lo contrario, estudiando con el profesor Hermógenes Eleazar, en sus clases particulares de su casa en Miramar.

Había que llevar una silal y una mesita, pues allí no teníamos en que sentarnos. Pagábamos RD$1.50 mensual”. Tuvo Fellón de condiscípulos, entre otros, a Rafael Calderón y Manolín Ortiz, y se hizo contable en un año.

Fueron capitanes de La Grecia, Miguel Pichirilo y Ramón Ruiz Pichirilo. Aquellas goletas de tres palos fueron construidas a orillas del río Higuamo, y los niños y jóvenes de entonces (corría 1942-43) veíamos las siluetas de aquellas naves desde el lado opuesto a la Punta Pescadora, en el muro.

La goleta “Rosa Aurora”, navegando como todas, a pura vela, fue sorprendida por fuertes vientos que la encallaron cerca de Barahona; una gran ola la sacó a flote, llevándola a la orilla.

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