Los factores comunes entre los feminicidas son el maltrato de que fueron objeto en la niñez, la baja escolaridad, la superioridad que ejercían sobre sus víctimas y la escasez de información sobre prevención de la violencia. Estos resultados se desprenden del primer estudio que se realiza en el país, denominado Factores psicosociales en hombres internos por feminicidios en el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciario en la RD.
El informe consigna que los victimarios tuvieron vivencias violentas, como disciplina basada en castigos físicos, normalización de la violencia y trabajo durante la infancia.
La investigación arrojó que existe un gran impacto en el niño cuando observa violencia que luego convertirá en norma de vida
Indica que en las relaciones entre víctimas y victimarios, los temas más comunes de conflictos eran los celos, las relaciones sociales y situaciones relacionadas con los hijos.
Feminicidio y suicidio. El estudio entre hombres feminicidas halló baja presencia de trastornos clínicos en contraposición con los trastornos de personalidad.
Se demostró que existe una correlación entre depresión e intento de suicidio, pero no fue posible establecer que la depresión llevara a los victimarios al suicidio, asegura un resumen de este estudio que se dará a conocer en la mañana de hoy.
La edad más frecuente de los victimarios es de 20 a 35 años, para un 39% de los casos, y de 36 a 50 años, para un 37% de los casos, lo que confirma estadísticas internacionales.
Dependencia maldita. La mayoría de las víctimas de feminicidios en la República Dominicana han estado atrapadas en un círculo de violencia y sufrieron maltrato más de una vez.
Asimismo, las mujeres muertas por sus parejas tenían dependencia económica y emocional con sus victimarios, los cuales en su mayoría eran choferes de transporte público, militares y comerciantes.
El 70% de las víctimas había sido objeto de violencia en el último año por parte de sus victimarios, pero además, la mayoría tenía un vínculo de dependencia económica, lo que las llevaba a permanecer atrapadas en el círculo de la violencia.
Cosa de machos. El estudio fue realizado por investigadores del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Procuraduría General, con el auspicio del Fondo de Población de Naciones Unidas.
Los estudiosos, encabezados por el sicoterapeuta Luis Vergés, vieron la criminalidad en el contexto de la violencia en las relaciones de parejas, que ha sido documentada como una expresión abrumadoramente masculina.
Para tales fines se organizaron 59 entrevistas a internos feminicidas.
Armas de fuego. Casi todos los feminicidas entrevistados tuvieron fácil acceso a los símbolos de poder letales como armas de fuego y armas blancas. Esas armas fueron adquiridas de forma ilegal, pero las armas de fuego legales estuvieron autorizadas por valoraciones psiquiátricas.
Ambivalencia. Asimismo, una gran cantidad de víctimas tenía relaciones extraconyugales, esto, junto a una actitud ambivalente que mantenían con las víctimas, confirmaron la presencia de una forma de apego inseguro y desorganizado.
La teoría del apego ha sido validada como muy confiable para predecir conflictos en la relación de parejas.
Secuelas. Una de las más graves secuelas de los feminicidios es la existencia de 103 niños y niñas que viven en la orfandad. Son hijos de los agresores entrevistados y de sus víctimas y arrastran ese drama.
El estudio se llevó a cabo en diciembre del año pasado, bajo la responsabilidad del director del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Fiscalía del Distrito Nacional, que es Luis Vergés Báez.
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Participantes
Luis Vergés, Consuelo Zuluaga y José Alberto figuran como los investigadores principales, pero en realidad se trató de un gran equipo que validó el estudio. También participaron terapeutas entrevistadores que trabajaron en los recintos con los internos.