Feminicidios, la raíz del problema

Feminicidios, la raíz del problema

Cada año en República Dominicana mueren cientos de mujeres a mano de sus parejas o exparejas.
Esta alarmante situación ha provocado revuelo y consternación en todos los sectores de la sociedad, los cuales reclaman estrategias efectivas, así como una solución definitiva y contundente a esta situación que cada año deja víctimas mortales y familias destruidas.
Solange Alvarado, directora del Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, explicó que parte de la raíz del problema está en la misma sociedad, al señalar que incluso desde el vientre materno se van marcando diferencias entre el hombre y la mujer.
“Cuando un bebé nace, si es varón se pone el lazo azul en la puerta de la clínica, si es hembra, será rosado. Con esto se va fomentando la idea de que si es niña, hay que tratarla de una manera y por ser niño, hay que tratarle de otra forma”, recalcó.
“La violencia se construye en el sistema de creencias conocido como el patriarcado, donde sus grandes pilares descansan en la sobrevaloración del masculino y la desvalorización de lo femenino”, aseguró.
Alvarado, quien es psicóloga y terapeuta familiar, establece que esta situación contribuye a que desde muy temprano se den relaciones en las cuales las mujeres no son vistas como personas y se van aprendiendo y reproduciendo estos patrones, de manera de que la idea de cómo se construye la violencia y posteriores feminicidios está en la socialización de los individuos.
Dijo además, que es la misma sociedad que va creando las condiciones para que la mujer esté sometida.
Destacó que hay datos que establecen que las mujeres van más a la universidad, estudian más, pero los niveles de desempleos son mayores, así como las oportunidades, la capacidad de generar riquezas también son ínfimas con relación a los hombres, situación que atribuye a que la cultura dominicana está construida para darle mayor beneficios al varón, al entender que este es quien tiene la función de proveer.
Así, continuó la experta, “aprendemos y crecemos, mujeres y hombres en esta cultura, hasta que llegamos a la expresión máxima de la violencia, que son los feminicidios”.
Alvarado señaló que el feminicidio es la última expresión de la violencia contra las mujeres, pero que para llegar a ese punto, para que los hombres dominicanos entiendan que tienen el derecho de matar y quietarle la vida a una mujer, es porque ha recorrido un camino donde ese pensar se ha ido construyendo.
“La idea de matar desde todos los puntos de vista: derechos humanos, religioso, legal… está prohibido, es un delito, un pecado, pero esta cultura le da el permiso al hombre para matar y este lo hace”, recalcó.
La psicóloga asegura que si los hombres violentos y posteriores feminicidas no fueran construidos por la sociedad, no fuera un problema tan generalizado, que se manifiesta en cualquier estrato social, ya que es una situación que afecta desde las mujeres deprimidas económicamente, hasta aquellas más desarrolladas en este aspecto.
Recordó que desde el trabajo que realiza con mujeres víctimas de violencia, ha podido observar que para una mujer con cierto estatus económico y apellido, es mucho más difícil salir de esa situación, por las apariencias que hay que mantener ante la sociedad y diversos círculos sociales a los que se pertenece.
En cambio, para una mujer humilde es mucho más sencillo buscar ayuda, ya que no tiene que enfrentarse a una sociedad que encasilla y cuestiona.
Educar en igualdad de género. La terapeuta entiende que tanto los padres como los diferentes sectores que influyen en la educación de los niños y adolescentes, deben crear herramientas de enseñanza dónde ambos sexos sean tratados iguales, sin distinción entre hembra y varón.
Entiende que esto le va a inculcar a los niños que ambos tienen los mismos derechos y que deben ser tratados como seres humanos, sin importar su sexo.

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