El grupo de hombres comprendido entre los 45 y 60 años es el que más comete feminicidios, mientras que en la población juvenil son escasos, expuso ayer el director de la Policía Nacional, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte, a partir de un estudio que realizó sobre el perfil de los agresores de 83 expedientes.
“Parece que estamos haciendo algo bien con los jóvenes, porque los más jóvenes no matan a su pareja, al menos no es la norma. Donde hay un problema serio es en mi generación, hombres de 45 a 60 años”, planteó en el marco del panel y firma por el “Compromiso de Hombres por la Construcción de una Nueva Masculinidad”, organizado por la Vicepresidencia de la República.
Otro de los resultados del estudio, detalló el alto oficial, es que entre las exparejas son más frecuentes los feminicidios que en otro tipo de relaciones.

Puso el ejemplo de una pareja que tiene ocho meses separada y que el hombre, habiendo iniciado otra relación, decide quitarle la vida a su expareja cuando esta decide salir con otro hombre, porque “él entiende que ella lo traicionó, que ella es de su propiedad aunque no viva bajo el mismo techo”.
Imitar al sector empresarial. En el panel, el empresario Manuel Corripio sugirió a la sociedad en general imitar al sector empresarial, donde las mujeres tienen igualdad de oportunidades que los hombres para acceder a los puestos ejecutivos y cada quien es valorado por sus talentos y aportes.
“Las empresas son líderes en el proceso de lograr la igualdad porque tienen un solo propósito, la productividad económica, que se basa en el talento”, explicó.
Corripio afirmó estar convencido que todos los seres humanos “esencialmente somos personas de paz, pero en el camino pasa algo que nos distrae, algo que puede venir por factores culturales o valores aprendidos”.
“Los hombres asumimos tres comportamientos diferentes en nuestra casa: A nuestra madre la respetamos, a nuestras hijas las tratamos con autoridad, sin embargo, la relación más confusa que tenemos en con nuestra pareja, porque sabemos que somos iguales, pero el entorno nos presiona a actuar como la persona con autoridad”, explicó el empresario.
José Miguel Gómez
Psiquiatra

La violencia en el seno de la familia
El origen de la violencia intrafamiliar se remonta a nuestro sistema de creencias basado en una masculinidad hegemónica aprendida y reforzada, que nos han construido a través del autoritarismo, de la patrifocalidad y del paternalismo. Y que nos ha creado un sistema autoreferencial que nos distancia, nos propone y nos refuerza la conducta de que los hombres somos superiores a las mujeres.
El desmonte de ese sistema de referencias es reeducar para crear una masculinidad positiva, que sea de paz y equidad.