Referirse a las feministas activistas comienza en la década de 1930

El extracto del artículo «Unión femenina», redactado por Consuelo Montalvo de Frías, en 1928, ilustra cómo al relacionar la obra de la periodista Carmen de Burgos («Colombine») se describe al feminismo y se valoran las conquistas que van teniendo las mujeres.

«Admiremos a la mujer superior que convertida en multitud aclama de uno a otro continente la validación de los derechos femeninos, y lucha por el porvenir de la niñez y establece instituciones para velar por su desarrollo físico y moral.

Ayudemos a la valerosa y esforzada que, salvando obstáculos sin cuento, se crea una brillante carrera y desempeñando admirablemente su doble papel de culta dama y de cuidado útil a su Patria. Protejamos a la industriosa muchacha que comparte en el taller la ruda tarea y alabemos a la madre ejemplar y a la virtuosa esposa que levanta un hogar santo y cristiano al suave impulso de su bondad y noble ejemplo».

Entonces, ¿desde hace casi un siglo, estamos ante una diversidad de mujeres, por ende una diversidad de feminismos que la reafirman como sujeto? Pues, como De Burgos, otras 13 mujeres fueron las referentes feministas de nuestras «sufragistas de vanguardia», lo que contribuye a hilvanar una red doctrinaria a partir de las AGENCIAS pioneras de sus accionares y de sus participaciones en etapas que marcan una nueva periodización histórica.

Entre las dominicanas que representan el feminismo aspirado, cabe destacar: Camila Henríquez Ureña, por quien la Liga Panamericana resuelve y extiende, el 18 de abril de 1935, «un tributo a la mujer dominicana en la persona de la señorita»; también, Ana Teresa Paradas y Delia Weber son referidas por la maestra normal y periodista Petronila Angélica Gómez Brea.

Nuestra primerísima abogada es referente en el artículo «Por obra de la mujer ha de afianzarse la paz del mundo» (1935), junto a la estadounidense Esther J. Crooks; mientras que en Weber, Gómez Brea, en 1933, encuentra la discípula que también la representaría en la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.

Referirse a las feministas como mujeres activistas comienza en la década de 1930 y predominan quienes están accionando en los movimientos transnacionales: las costarricenses Ángela Acuña y Máxima Olmos de Jiménez (1939); Sylvain-Bouchereau y Allice Mathon, presidenta de la Liga Feminista de Haití y representante haitiana en la Comisión Interamericana de Mujeres, respectivamente; y de esta Comisión, procedentes de los Estados Unidos, Mary Winsos, de Pensylvania, y Helena Hill Weed, de Connecticut (1935).

Es decir, como De Burgos, otras 13 mujeres desarrollaron una praxis constructiva a favor de los derechos: desde las tribunas, en los cónclaves, en las fábricas, en las parcelas…