MELANIA E. RONDÓN
El campo literario presenta por lo general muchas situaciones que proyectan realidades posibles, y otras cuya fantasía le aleja de lo verosímil, aun así, nos involucramos en esa magia de que gozan algunos versos y algunas prosas.
En ambos casos hay aspectos difíciles de ocultar en la creación literaria. Nos referimos a manifestaciones ideológicas expresadas en: prejuicios, mitos, creencias, estereotipos, que son insumos obligados en el discurso escrito, visual, y en la memoria oral. Un buen ejemplo es observar cómo el imaginario masculino proyecta la imagen de lo femenino.
La literatura es el arte que se vale de las palabras para plasmar la creación artística. Las palabras tienen sentidos y evocan imágenes, por eso, en el análisis de género importa mucho el uso de las palabras usadas para denostar lo femenino. La palabra da vida, mata, eleva, mutila, sublimiza, hiere, humaniza. Muchas obras literarias presentan a la mujer en situaciones de extremo negativo usando palabras como: prostituta, puta, loca, infiel, chismosa, mujer fácil, mala. El otro extremo es presentarla como madre abnegada, amorosa, sufrida, esta es pues una misoginia encubierta.
En el libro: Presencia y Transparencia: La Mujer en la Historia de Méjico, Francoise Giraud escribió sobre Estereotipo Femenino en el siglo X1X, y en la pag 103, dice que persiste en el ideario masculino la mujer que presenta en su ser el maniqueísmo de la dualidad del mundo la mujer ángel y la mujer demonio y la posibilidad de redimir a la mujer perdida
En esas formas de presentar a la mujer bondadosa, citamos a Tulio Manuel Cestero, novelista dominicano (1877- 1915) quien escribió la novela Ciudad Romántica, En esta novela el tema central no es la mujer, sino un asunto de carácter político de la época. La mujer es algo que se menciona de soslayo y en circunstancias intrascendentes en el discurrir de la obra. En esta novela, un personaje pregunta:
– ¿Qué será de Carmen? Pregunta Franco-
– ¿ Quién sabe- replica Ahibar. Estas mujeres de nuestro pueblo son buenas, dignas y laboriosas, amantes. Abundan entre ellas los modelos de abnegación, siendo hembras en el lecho, y criadas en las realidades de cada día. ¡ Y con qué esmero preparan la comida para la cual reciben poco dinero, y cuanta camisa van por las calles y salones que les deben brillo y albura a sus puños!
Aquí la expresión ¿ Qué será de Carmen?, implica lejanía en la memoria, alguien que tiene poca importacia, pero se destaca su disposición de servir. Lorena Fries y Verónica Matus, en la pag,17 de su libro La Ley Hace El Delito nos habla de algunos medios que, como la familia y la escuela, tienen el objetivo de: mantener a la mujer en el papel asignado cual es la de reproductora y objeto de placer del hombre. La sexualidad y la maternidad constituyen los lugares centrales del status social de las mujeres a lo que se agrega la delimitación espacial de la acción femenina el espacio privado.
Para ir forjando un cambio de mentalidades, se precisa que también desde la literatura se trabaje para desmontar paulatinamente los estereotipos que hacen que aun desde la ficción, la mujer siga siendo una sombra en la visión analítica de los hombres. Simone de Beavoir en la pag 181 del tomo 1 de su libro El Segundo Sexo, puntualiza que: La historia nos muestra que los hombres han tenido siempre todos los poderes concretos. Esto es un tema que no se agota en una sola entrega. Volveré sobre él.