Uno de los hechos esenciales de la vida en sociedad, es el de comunicarse, y esa necesidad crea formas alternas de comunicación. Tal es el caso del lenguaje mímico a través de los gestos, las miradas, las señales. Estas formas aunque limitadas, gozan de utilidad, reconocimiento y aceptación social, pero por excelencia hay que destacar que es el lenguaje que utiliza como medio de expresión la palabra el que logra con mayor efectividad y precisión el acto comunicativo entre quien emite y quien recibe el mensaje. La palabra tiene la virtud de provocar sentimientos, reacciones, adecuaciones, y también exclusiones como es el uso del lenguaje sexista
Asumiendo la lengua en su carácter evolutivo y de apertura, procesos estos que se dan en la dinámica interactiva de las y los hablantes, la existencia de lenguaje excluyente y / o subvalorativo e insinuador de dependencia y subordinación de la mujer no deben tener cabida, por lo que ha de ser para la Sociología Lingüística un problema social a encarar con un análisis de género que partiendo de la perspectiva de los derechos atraviese los cimientos patriarcales que se anidan en el Idioma Castellano. Se está frente a la necesidad de cambios lingüísticos en consonancia con esa realidad. Eso sería poner la ciencia del lenguaje al servicio de la exaltación de la condición humana
Los cambios sociales y la toma de conciencia por parte de los grupos más oprimidos por la cultura dominante van introduciendo paulatinamente criterios y posturas para ir forjando nuevas mentalidades; tal es el caso de las mujeres exigiendo los derechos más elementales dentro de los que se halla la eliminación del lenguaje sexista. La génesis de esta exigencia se remonta a los movimientos reivindicativos nacionales e internacionales por los derechos de la mujer y de las convenciones y pactos internacionales que refuerzan esas demandas.
Las palabras son herramientas para nombrar, declarar y precisar, pero en el caso del Idioma Castellano, se identifican formas diversas de subvaloración y de omisión de la condición femenina lo cual además de ser violatorio a los derechos humanos, es una inobservancia respecto de los avances y los aportes que en todos los órdenes han tenido las mujeres en todo el mundo, por lo cual es una razón de lucha en países de Europa, América Latina, Centro América y El Caribe.
Si la mujer en el proceso creador enriquece y da vida al idioma, ¿por qué tendría que subsumirse dentro de un concepto general que alude solo al hombre y a ella la invisibiliza?. El lenguaje es un patrón de identidad y debe llevar a desvelar todo aquello que en el plano objetivo y en el subjetivo aliente la tendencia de invisibilizar, en este caso a las mujeres. En cualquier plano de la realidad, estar invisible es estar relegada, postergada, y en el caso de la mujer no procede pues representa la mitad de la humanidad. Son muy válidas y oportunas las opiniones sobre Género y Lenguaje, por eso citamos aquí el documento que, con el título Las Plagas del Español Dominicano, escribió el doctor Bruno Rosario Candelier, presidente de la Academia Dominicana de la Lengua, y el más reciente Premio Nacional de Literatura. El citado documento hace referencia a tres asuntos considerados como dañinos para el buen decir, veamos:
La plaga del género
El empleo de vocablos extranjerizantes
El recurso de expresiones malsonantes que hieren la sensibilidad del buen hablante.
Las plagas del E spañol Dominicano aparece en medios impresos, entre ellos el número 19 del Boletín de la Academia Dominicana de la Lengua, ( pags. 49 55), y el libro Ánfora del Lenguaje, ( pags. 293 300) de la autoría de Bruno Rosario Candelier. De los aspectos señalados el mayor énfasis está puesto en las plagas del Género, por lo que una de las conclusiones del 8vo Congreso de las Academias, celebrado en Medellín en el mes de marzo 2007 dejó sentado lo siguiente:
6.-Luchar contra la plaga del género que han auspiciado las feministas, secundadas por políticos y profesores para detener el innecesario, inapropiado y exagerado uso de la doble forma del masculino / femenino que violenta la normativa del idioma. Con decir los dominicanos están representadas las dominicanas, pues esa expresión se refiere a los ( seres humanos ) dominicanos y, si decimos buenas tardes a todos es innecesario agregar y a todas, puesto que todos incluye a los seres humanos en cuya condición están incluidas las mujeres, por lo cual es inoportuno y entorpecedor decir los y las niños/ niñas estudiosos / estudiosas , manera de hablar que no se condice con el carácter de la lengua española (Ánfora del Lenguaje, pag, 193.)
Este pensamiento y análisis que se ha citado, es un pensar que predomina desde hace mucho tiempo, y su núcleo responde a postulados androcéntricos conforme con los cuales la medida de lo humano la encarna el hombre, desconociendo así que la mujer ostenta representación en sí misma. Estos argumentos funcionan más bien como un acomodo donde lo femenino está subsumido en lo masculino. Si se parte de criterio como este, en cada momento hay que hacer la pregunta de ¿cuándo si? y ¿cuándo no, es válida la representación?, pues al tomar el diccionario, este da una definición de hombre que difiriere de la definición que se da para el caso mujer.
En el Diccionario Larousse Ilustrado (1989), se define hombre como un ser dotado de inteligencia y de un lenguaje articulado. Hombre de mundo que tiene mucha experiencia en el trato social. Mujer: persona del sexo femenino, Mujer de la vida, de mal vivir, perdida, prostituta, mujer de su casa, la que tiene gobierno.Las valoraciones que se vierte para el hombres, que llenan a este de orgullo por su condición de tal. La definición de mujer incluye una carga peyorativa y de prejuicios que evidencian que no hay claridad lingüística.
En síntesis
Por un lenguaje no sexista
Los esfuerzos por integrar un lenguaje no sexista no tienen vuelta hacia atrás. Las reacciones y posturas en contrario son respuestas esperadas que hallan su explicación en aquella frase quijotesta de que nos ladran Sancho, estamos cabalgando. No hay razón para englobar a la mujer en un concepto general que aluda solo al hombre.