Feria del Libro: pasó sin penas ni gloria

Feria del Libro: pasó sin penas ni gloria

La XVII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2014 se inició el 24 de abril y terminó el 5 de mayo. Doce días en los cuales se pensó inicialmente que se produciría una fiesta de la cultura, no sólo para los dominicanos, sino también para los extranjeros, ya que fue dedicada al poeta Domingo Moreno Jiménez y como país invitado, la República de Panamá. Durante su permanencia concurrieron connotados disertantes de las letras latinoamericanas, como el nicaragüense Ernesto Cardenal y el uruguayo Ernesto Galeano.

Esta Feria ha sido altamente criticada por el derroche de recursos incurridos en pabellones y casetas, siendo la más censurable, la del Ministerio de Educación cuya réplica del Ministerio costó la friolera de 18.5 millones de pesos para tan efímera duración. Se consideró, que con esta suma millonaria se pudo realizar un pabellón más simple en el cual se hubiesen vendido, a bajo costo, libros infantiles de grandes autores como los son los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift, Robinson Crusoe de Daniel Defoe, Corazón de Edmundo D’Amici, El Principito de Antoine Saint Exupéry y, sobre todo, los cuentos escritos por el francés Julio Verne. Si una iniciativa como esta se hubiere hecho, la Feria en cuanto a los lectores principiantes cuya composición era mayoritariamente estudiantes de primaria, habría cubierto la finalidad de llenar su razón de ser.

Si bien es cierto que el Ministerio de Cultura imprimió 18,000 bonos cuyos valores oscilaban entre RD$100.00 y RD$500.00, para que los estudiantes de las escuelas y colegios pudiesen adquirir obras de bajo costo, los libreros, especialmente el presidente de la Asociación Dominicana de Libreros y Afines (Asodolibro) señor Dennis Peña, se quejó amargamente al definir que la misma tuvo un carácter involutivo con respecto a las anteriores, ya que las ventas no alcanzaron lo esperado. Caso contrario comentó su director Valentín Amaro, quien la definió como sumamente exitosa al concurrir más de 1.3 millones de personas. Sin embargo, no señaló que la mayoría de esos asistentes eran escolares traídos de diferentes planteles escolares del interior del país y de la capital, cuyo poder adquisitivo era mínimo y sólo trajeron consigo lo indispensable para comerse una empanada o beberse un refresco.

Los que hemos asistido a Feria de Libros como la que se celebra en Guadalajara, México, o en el Parque de El Retiro en Madrid, en donde verdaderamente van únicamente los interesados en comprar los libros más exitosos a precios de feria, no podemos dejar de criticar nuestra Feria, en la cual primó el interés de los organizadores en llevar el mayor número de personas sin importarles su inclinación por los libros. Lo importante para ellos era la concurrencia masiva, sin importar la calidad de los asistentes y por eso fue el evidente fracaso de la misma.

Afortunadamente el Ministro de Cultura observó parte de lo que hemos criticado y expresó: “Vamos a convocar vistas públicas para escuchar a los escritores y las editoras y todo aquel interesado en aportar para que la Feria del Libro se mantenga como un magno evento bibliográfico y literario en la República Dominicana”. De realizarse estas vistas públicas y personas con experiencia en estos menesteres aporten su parecer, creemos que la del 2015 dedicada al Perú será un éxito rotundo al corregirse todas las fallas que se presentaron en la que acaba de concluir. Para consumo de los señores ministros, tanto de Educación como de Cultura, es la calidad lo que destaca su valor literario y no la cantidad, como fue la de llevar imberbes que lo único que hicieron fue crear un caos, tanto dentro de la Feria como en los alrededores, por el número de autobuses que invadieron las estrechas calles de los alrededores de la Plaza de la Cultura. Ojalá sean ciertas las vistas públicas y no meras declaraciones para salir del paso y acallar las críticas.

 

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