Feria del Libro: quejas por ventas y muy poco público

Feria del Libro: quejas por ventas y muy poco público

Libreros y editoras unen sus quejan por las pocas ventas y el escaso público que asiste a la Feria Internacional del Libro, debido a que el evento se realiza fuera de la fecha acostumbrada y a la poca promoción que recibió antes de su inicio.

Aseguran que ya los padres compraron libros escolares, por lo que no necesitan adquirirlos en la Feria del Libro, y reclaman incentivos como los bonos de Cultura y otros mecanismos.

Ante la situación, José García, de José Libros, propone junto a otros colegas que el evento cultural sea extendido por una semana más, a fin de compensar los gastos que han hecho en montaje, personal y productos.

Informó que enviaron una comunicación al ministro Pedro Vergés, en la que le solicitan la ampliación del evento, y dijo que ya se han reunido con representantes del ministerio.

Igualmente propone que el Ministerio de Cultura otorgue bonos que beneficien a los libreros que participan en la feria.

En iguales términos se expresó Radhamés Ramos, de Librería El Poeta, quien afirma que si “los vendedores de libros no reciben subsidios, solo cenizas hallarán”, en alusión a la reconocida novela escrita por el ministro Vergés.

Además, Ramos plantea que la cartera les compre libros usados y se los done a escuelas y colegios, con el propósito de promover el libro y la lectura.
“Los bonos son la única salvación”, concluye.

En tanto, Celestino Peña (Librería David), María Cruz (Amengual) y Héctor Guzmán (Librería Delma) coinciden en que las ventas están muy flojas, a pesar de que el evento ha sido bien organizado este año.

Cruz, de Amengual, indica que el público asistente visita las casetas, pero no adquiere libros.

Puso como ejemplo que su puesto oferta revistas a 5 y 10 pesos, a pesar de lo cual, los asistente no compran esos productos.

Sin embargo, otros consideran que aunque este años ha habido menos afluencia de personas la mayoría del público que va a la feria está dispuesta a comprar, ya que se trata de lectores.

Una visión diferente es la expuesta por Cruz Herrera, de CH Libros y Servicios, quien entiende que el problema reside en la necesidad de cultivar el hábito de la lectura en la familia, colegios y escuelas, a través de un trabajo tesonero y constante, mucho tiempo antes de que se celebre la feria cultural.

Durante un recorrido por el evento cultural más importante del país, se observó una gran presencia de niños y estudiantes que atestaban las calles.

Mientras unos disfrutaban en museos, otros daban un paseo a bordo de un tren que recorre la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte.

Hay un área de comida y resalta la ausencia de casetas que vendían mercancías ajenas a una fiesta del libro y la lectura.

Además, a las entradas hay miembros policiales que chequean y requisan a personas que llevan bultos, mochilas y bolsas.
Llama la atención una réplica de la Puerta del Conde y un espacio dedicado a la décima dominicana.

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