Ferias de Arte y Miami en el 2015

Ferias de Arte y Miami en el 2015

Las ferias de arte se han multiplicado en las últimas décadas-, y van celebrándose en un contexto geográfico planetario, con creciente papel en el desarrollo artístico, nacional e internacional. Las hay cada vez más numerosas… y concurridas, pues no solo difunden y venden, sino que se destacan como plazas de intercambios, de encuentros, de discusiones, siendo las artes visuales protagonistas de eventos que se mantienen anualmente y suelen fortalecer sus éxitos.

Conferencias y mesas redondas, gestores, curadores y críticos de arte, figuran a menudo en la programación: las ferias pretenden a aportes teóricos, además de su índole comercial, y, elemento nuevo discutido, hasta participan en el financiamento de proyectos…

Ahora bien, cada feria, fuera de denominadores comunes ligadas al mercado del arte, anhela tener su propia “personalidad”, y unas pocas… acaparan la atención de los medios.

Público, recursos y ofertas. Las ferias de arte representan la ocasión de alcanzar públicos masivos en algunos días, durando menos de una semana. Así, las galerías de arte, exponiendo en sus respectivas casetas, atraen a muchísimos más interesados que durante las actividades habituales, y sobre todo a coleccionistas, en razón de una accesibilidad simultánea e inmediata, ¡y la cantidad de propuestas que se suceden las unas a las otras!

Polifacéticas, complejas y onerosas, sus recursos provienen en gran medida del alquiler de los espacios: las galerías, las publicaciones especializadas, e instituciones diversas dedicadas al arte, adquieren un local efímero y equipado para promocionar sus ofertas artísticas.
Cabe destacar también que el precio de entrada para el público a las ferias mayores es bastante alto, otra fuente de recursos…

Las ferias más conocidas y concurridas requieren, para la participación de las galerías, expedientes rigurosos y sus organizadores hacen una selección, a veces discutida. Casi todas privilegian el arte contemporáneo –desde artistas reputados a un espacio para emergentes prometedores–, pero también ofrecen maestros de las vanguardias del siglo XX, ¡y está todavía la omnipresencia de Pablo Picasso, grabados y dibujos!

Miami y las ferias de arte. Durante la primera semana de diciembre, Miami se ha convertido en la metrópolis del arte, dejando atrás a Nueva York, París y Londres. Aparte de la multiplicación de los museos y de grandes colecciones –privadas y visitables–, esta ciudad increíblemente transformada y cada vez más cultural, hospeda impresionantes ferias de arte. Suman unas 20, concentradas principalmente entre Midtown y el llamado Distrito de las Artes Wynwood… algunas sobresalientes, otras que se pueden ignorar. En fin, la capital de la Florida es cita obligada de los que viven del arte y de los que se desviven por verlo, a través de obras singulares.

Ahora bien, hay un conjunto único entre galerías y eventos, obras y artistas, oriundos de todo el planeta, destino elegido hace trece años desde Art Basel en Suiza para que Miami sea el segundo punto de celebración de la Feria de Arte, considerada unánimemente como la más fuerte, establecida, triunfante, y un símbolo de la globalización al más alto nivel: Art Basel, en Miami “Art Basel Miami Beach”.
Art Basel Miami Beach. La gigantesca estructura ferial alojada en el centro de convenciones de Miami Beach y cada vez más, en otros espacios de la ciudad, puede considerarse como un fenómeno desde todos los puntos de vista, sobre todo en nuestro hemisferio latino.

Reúne, entre el 2 –inauguración VIP–, el 3 –público en general–, y el 6 de diciembre –cierre en la noche–, 267 galerías de 32 países y cuatro continentes –siendo una mayoría europeas, luego americanas y, de modo creciente, asiáticas–, o sea millares de obras de unos mil artistas.

Se estima que este año la visitaron cerca de 100 000 personas: por cierto, impresionan la “cola” y el tiempo de espera en la boletería para poder ingresar, y luego la afluencia interior, pese a la inmensidad del lugar, provoca otro asombro… Todas las actividades que señalamos anteriormente, allí se producen con el máximo potencial, según una distribución pautada en secciones, aunque el interés principal sigue residiendo en las muestras y propuestas de las galerías expositoras.

Ciertamente, tantos escenarios y espectacularidad demandarían varias prolongadas visitas, no solo para disfrutar y recordar a las figuras magistrales –de precios inabordables–, sino para conocer a artistas contemporáneos emergentes –aunque son una minoría al igual que las galerías nuevas–. Si bien es cierto que esa abundancia sorprende y fascina, la estricta calidad de las obras no impresiona tanto… y hay hasta un sector, sino del “crimen”, entre banalidad y mal gusto. ¿Una casualidad en la localización?
A esta profusión algo fría le falta sensibilidad, se tiene el sentimiento de que no pocas galerías llenan un cometido, y finalmente, frente a tanta riqueza y complejidad de dimensión colosal, las ferias, en comparación modestas de Art Miami y Art Context seducen más y comunican una verdadera emoción por el arte y los artistas.

Art Miami, Art Context y Lyle O’ Reitzel. Art Miami, situado en Midtown y el distrito de Wynwood es un encanto desde el principio hasta casi el fin… pues sucede una depresión cualitativa inexplicable en los últimos pabellones (¡como en Art Basel!). Si volvemos a encontrar a los maravillosos “monstruos sagrados”, como Basquiat, Warhol o Keith Haring, hay más artistas nuevos a descubrir, de África, de Japón, de Corea por ejemplo, y caben allí galerías menos establecidas cuyas propuestas son una verdadera revelación. México y América Latina están presentes, como se debe, y lógicamente hay espacio para artistas cubanos. Mencionaremos también la participación del Pérez Art Museum Miami, de Christie’s y de compañías afines.

A continuación de Art Miami, está Art Context, aunque desigual más comprometido todavía con el arte joven y con galerías menos consagradas. Ahora bien, sin exageración, uno de los mejores pabellones, sino el mejor, seleccionado por cuarta vez, es dominicano, y corresponde a Lyle O’Reitzel, cuya galería festeja sus 20 años de funcionamiento. Una escultura y todo lo demás pinturas excelentes. Allí encontramos a Duval Carrié y José Bedia, a los dominicanos José García Cordero, Gerard Ellis y Firelei Báez, joven valor ascendente, exponiendo actualmente en el Pérez Art Museum. Parece que la respuesta ha sido contundente: se lo merecen los artistas y su representante.

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