Hoy 
POR MANUEL JIMÉNEZ
El Presidente Leonel Fernández cuestionó ayer los esquemas de intercambio vigentes en el mundo de hoy y defendió las aspiraciones de República Dominicana de lograr un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, reunida en su sede de Nueva York, Fernández dijo que su país aspira al puesto para convertirse en voz a favor de los débiles, los desprotegidos, los desamparados y de los condenados de la tierra.
Solo a eso aspiramos, expresó el gobernante dominicano apenas días después de que el canciller de Costa Rica, Bruno Stagno, cuyo país disputa la sede a Santo Domingo, arremetiera contra la candidatura de República Dominicana tratando de descalificarla.
Fernández dijo que su país aspira asumir con responsabilidad, convicción y determinación los valores y principios con que esta organización ha pretendido siempre constituirse en un faro de luz a favor de la paz, la dignidad de los seres humanos y la convivencia civilizada entre todos los habitantes del planeta
Tras criticar las desigualdades entre países ricos y pobres en el marco del libre comercio internacional, Fernández dijo que no puede hablarse de solidaridad cuando hay quienes en el mundo pretenden acumular riquezas en base a la tragedia de los demás.
No puede haber cooperación, señor Presidente, cuando hay gente que solo piensa en hacer negocios, sin tomar en cuenta el dólar y la angustia de quienes sufren, dijo Fernández dirigiéndose al Presidente de la Asamblea General, Srgjan Kerim.
Destacó que para promover la cooperación y la solidaridad fue precisamente creada la ONU, y justo es reconocer que no hay ninguna otra organización a escala planetaria que disponga del prestigio, la capacidad y la vocación de servicio de esta agrupación.
Pero sostuvo que las estructuras de las Naciones Unidas ya no se ajustan a los tiempos actuales, pues sobrevive una forma de organización que se corresponde con el período de la Guerra Fría, a pesar de que en estos momentos la humanidad ha dejado atrás aquella época en que todos los acontecimientos de relevancia estaban determinados por la rivalidad entre dos grandes superpontencias.
