Fernández y Medina: 3 razones para el divorcio

Fernández y Medina: 3 razones para el divorcio

Las revelaciones hechas por el presidente Medina sobre su predecesor, Leonel Fernández, sobre una serie de actuaciones deshonestas, escandalosas y desleales sobre todo en los años 2000, 2012 y 2016 es el último capítulo en la saga del alejamiento de estos dos exaliados.

República Dominicana asiste estos días a una saga protagonizada por Leonel Fernández y Danilo Medina. En la última entrega, Medina reveló que Fernández y su equipo no le apoyaron en las elecciones a la presidencia de la República por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en los años 2000, 2012 y 2016. Por el contrario, él si lo apoyó, porque prefirió no dividir el partido y le endosó su equipo de trabajo, dijo Medina, quien aprovechó el escenario para reaccionar a las declaraciones que hizo Fernández, en las que atribuyó el enfrentamiento a una obstinación y empecinamiento, de Medina en una quimera difícil de alcanzar, la nominación presidencial. “El delito que he cometido es que no fracasé en la presidencia de la República. No solo que no fracasé, sino que lo estoy haciendo mejor que él” declaró el presidente Medina en su alocución, en la asamblea de delegados este pasado lunes 21.

Medina a pesar de tener el poder, pasa por ser tolerante con la disidencia tomando con humor muchas de las provocaciones, como cuando señaló con sorna el lunes pasado que, su antecesor no puede vivir sin ser candidato o ser presidente de la República. Fernández quien, ciertamente quiere volver a la presidencia y ha calificado el gobierno de Medina como el surgimiento de una dictadura. Abandonó el PLD y ha arengado a sus seguidores a hacer lo mismo y a apoyar su nuevo movimiento político, que de momento se presenta como LPF «La Fuerza del Pueblo» para otros: «Leonel Fernández Presidente».

Mientras el país se repone de la resaca que ha dejado como resultado las Primarias Abiertas y Simultaneas del pasado 6 de octubre que dieron como ganador al precandidato del oficialismo, Gonzalo Castillo, fiel representante del danilismo que venció al expresidente Fernández, en la lucha por la candidatura presidencial del PLD, presentamos 3 breves razones que derivaron en la ruptura del expresidente y su sucesor.

1. CONGRESO ELECTOR DEL AÑO 1999

En el año 1999 el PLD convocó su congreso elector para escoger el candidato a la Presidencia de la República, cada organismo tendría derecho a un voto y en los organismos solo votarían los miembros y no los integrantes de los círculos de estudios quienes solo tendrían derecho a voz. Última ocasión para la modalidad del voto orgánico. Para entonces el PLD contaba con 12 mil miembros, organizados en 1800 organismos. Los precandidatos que participaron fueron: Danilo Medina, Félix Jiménez y Jaime David Fernández Mirabal, si bien Félix Jiménez se retiró antes de la votación.

Muchos entendían que el entonces presidente Fernández, estuviese apoyando a su más cercano colaborador, el secretario de la presidencia Danilo Medina, no al relegado, considerado no ortodoxo y recién llegado, el vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal. Sin embargo, dos personas muy significativas y cercanas a Fernández, en cuanto a funcionarios y amigos personales: Diandino Peña y Luis Manuel Bonetti, se encontraban entre los principales financistas de la campaña de Fernández Mirabal, si bien, de una manera poco visible.

Los resultados favorecieron a Medina que sacó el 51.7% de los votos frente a Fernández Mirabal que solo obtuvo el 39.7%. Consecuencia de esto, los resultados del proceso fueron cuestionado por los seguidores de Fernández Mirabal quienes denunciaron irregularidades. Sin embargo, el camino equivocado tomado inicialmente por el presidente Fernández, tratando de abrir una brecha, para una reelección presidencial imposible, calculando un fallido apoyo reformista en las congresionales y municipales del año anterior, se unía a otro grave error, pues, antes que reorientar la inversión pública hacia iniciativas que impactaran positivamente los amplios segmentos penalizados por la globalización y la apertura de mercados, se contribuía a agudizar el resentimiento social, pues estas inversiones se dirigían a los megaproyectos, reduciendo al mínimo las inversiones necesarias contra la pobreza. Como resultado, Danilo Medina perdió las elecciones nacionales del año 2000.

2. ELECCIONES PRIMARIAS DEL AÑO 2007

En el año 2004 estaban dada las condiciones para el PLD regresar al poder y todo indicaba que la candidatura presidencial peledeísta, recayera nuevamente en Danilo Medina. Empero, dado el interés del expresidente Fernández en la búsqueda de dicha candidatura, Medina optó por apoyarlo. Fernández se comprometió a no ser obstáculo y apoyar las aspiraciones de Medina para las elecciones del 2008.

En el proceso para la elección del candidato presidencial del 2008, las estructuras del PLD fueron impactada de una manera muy preocupante. El presidente Fernández deshonró el compromiso asumido con Danilo Medina, quien al grito de ¡Ahora es! se le puso en frente a Fernández al optar este por la reelección presidencial. La sociedad dominicana se sumergió en un complejo entramado político que tenía como protagonista a estos dos titanes. Que de esta manera estaban cambiando el accionar político y construyendo nuevas pautas en las relaciones partidarias.

El enfrentamiento entre Leonel Fernández y Danilo Medina es un hecho que consagró por primera vez, en un gobierno del PLD, el uso de todos los ámbitos del poder del Estado, como recursos para lograr objetivos políticos personales, provocando descontento, no solo en el danilismo que reaccionó abrumado, al sentir sobre sí mismo el inmenso peso de un poder descomunal, sino también en el mismo seno de la sociedad dominicana. Podemos decir sin temor que, asistimos al primer resquebrajamiento, con características irreparables, en la unidad interna del PLD post Bosch.

El Estado se impuso y Fernández aplasto a Medina, lo que fue entendido como el rompimiento de un matrimonio que había nacido en el proceso electoral del año 1996.

3. ELECCIONES PRIMARIAS DEL AÑO 2011

En el año 2011 el PLD se encontraba en una encrucijada, debía escoger el candidato a la Presidencia de la República, para Medina era la oportunidad esperada. Sin embargo, Leonel Fernández en la presidencia de la República, con todos los poderes del Estado en sus manos, pero sin posibilidad constitucional de reelegirse, se mostraba dubitativo y es que, debido al gran acuerdo nacional logrado, la reelección consecutiva se había abolido en la reforma constitucional del año 2010.

Danilo Medina debió enfrentar y a veces eludir una serie de conflictos a nivel interno con las fuerzas de Leonel Fernández, ya que estas avizoraban un desplazamiento de las estructuras de poder que controlaban ante un posible triunfo de Medina. Sin embargo, la tenacidad y pragmatismo de Danilo Medina se impusieron, luego de enérgicos y apasionados debates, ya que depusieron sus aspiraciones la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, el vicepresidente Rafael Alburquerque y el miembro del Comité Político Franklin Almeyda.

A pesar de ganar las primarias con un 87.65% al vencer de manera espectacular a Francisco Domínguez Brito, José Tomás Pérez y Radhamés Segura. La disposición del leonelísmo a integrarse a la campaña de Medina mostraba una gran timidez. En una muestra de su pragmatismo político, de sus grandes dotes de estratega, para lograr la integración y garantizar la unidad y el triunfo en las elecciones nacionales de 2012, Medina se vio compelido a seleccionar a la primera dama como su compañera de boleta, siendo esta estrategia la que le permitió integrar a su campana a los dirigentes, funcionarios y legisladores que respondían al presidente Fernández.

Lo que pasó en aquel primer mandato es sobradamente conocido, los éxitos de la administración Medina, lo harán pasar a la historia, como uno de los mejores gobiernos dominicano desde la independencia de 1844. La pobreza, la educación, la salud y el crecimiento económico, muestran indicadores excelentes. En función de estos resultados, el acuerdo de Juan Dolio suscrito por el Comité Político en el 2015, permitió aquel mismo año una reforma constitucional que le dio acceso a Medina a su reelección, contrariando a Fernández que ya tenía 4 años fuera de la presidencia y acariciaba la idea de regresar en el 2016.

Al llegar al final de su segundo mandato, en Medina se observa una suerte de ponderación sobre su legado histórico, lo que se cristaliza con su determinación de propiciar la renovación partidaria en lo que él ha llamado sangre nueva, que no es más que reconstruir la fábrica de presidentes con ideas nuevas. Esto irremediablemente, le ha enfrentado nueva vez con el expresidente Fernández que se presentó como favorito a las Primarias Abiertas y Simultaneas del pasado 6 de octubre. Siendo derrotado de manera espectacular por el precandidato del danilismo Gonzalo Castillo.

El desenlace es conocido, el equipo de Fernández ha mostrado fallas en la coordinación y sus alegatos de fraudes ante la Junta Central Electoral (JCE) han ido incluyendo desde irregularidades en la transmisión de los datos, algoritmos en el código fuente del software de las elecciones, compras de cédulas, hasta el pedido de reconteo de los votos al cien por ciento y la realización de una auditoría técnica. La JCE ha ido cumpliendo todas las peticiones de Fernández que en un giro inesperado la pasada noche del 20 de octubre anuncio su salida del PLD y la conformación de un nuevo proyecto partidario con el cual buscaría la presidencia de República Dominicana en el año 2020.

¿Conseguirá convertirse Fernández en candidato a la presidencia por su nuevo proyecto? Si lo consigue… ¿Logrará encabezar la candidatura de una coalición de partidos minoritarios? ¿Atraerá a los peledeístas que votaron por el en las primarias? ¿Desplazará al Partido Revolucionario Moderno (PRM) como fuerza que lidera la oposición? Estas preguntas corresponden a un capítulo de la saga que aún no está escrito y en el que juegan un papel preponderante las altas cortes. El divorcio de Leonel Fernández y el presidente Danilo Medina ha propiciado que se redibuje completamente el mapa electoral dominicano con un panorama favorable al danilismo, encarnado en el candidato oficial del PLD, Gonzalo Castillo, y su contagioso eslogan de campaña preparado para la ocasión ¡Sangre Nueva!