POR LEONORA RAMÍREZ
Aunque la democracia cuesta mucho dinero, en el contexto del mantenimiento del sistema de partidos, alguien tiene que pagar por ella, dijo el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso al resaltar que mientras más transparente es ese financiamiento mejor.

En tal sentido dijo que hay varios sistemas de subvención, entre estos el público y privado que suele tener privilegios muy fuertes.

Durante su participación en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio expresó que, en el caso de Brasil, existe una legislación que permite que las empresas contribuyan con las campañas electorales, la cual permite que haya más control con respecto a la subvención que podría considerarse turbia.

“El asunto es cómo se llega a la transparencia, y eso es contrario a nuestra mentalidad latinoamericana, tenemos que meter un poco de sangre sueca en nuestra cabeza porque hay que pelear por más transparencia”.

Asimismo, planteó que la corrupción no es un privilegio negativo de la democracia porque en las dictaduras ésta fue peor.

A Henrique Cardoso se le planteó que hay quienes consideran que si se elimina la corrupción se desploman los Estados, y al responder que es posible que así sea resaltó que si eso ocurre sería más conveniente construir otros.

Al referirse a las posibilidades de desarrollo sostenible en América Latina expresó que no hay milagros, y que en la región hay un problema de liderazgo y de comprensión de una imagen que demuestre que hay un camino.

“Yo no creo que los países puedan cambiar repentinamente, los cambios no se dan por fractura sino por acumulación, como ocurrió con Francia y Alemania, pero aquí tenemos el mito revolucionario de que es posible cambiarlo todo.

“Esa idea tiene razón para estar vigente porque tenemos mucha desigualdad, por ejemplo, hay que entender el caso del presidente boliviano Evo Morales porque él significa una esperanza”.

De acuerdo con sus declaraciones, los líderes democráticos no han sido capaces de convencer de que pueden llevar al camino correcto, porque cuando hay un liderazgo afinado con las necesidades del país y con más sensibilidad popular las cosas pueden cambiar.

“Yo estoy en contra del presidente Ignacio –Lula- da Silva por razones políticas, pero no puedo decir que él ha llevado a Brasil al desastre. Entiendo que las cosas se mejoran poco a poco, pero no viendo al otro en mi contra porque así no se avanza”. En tal sentido expresó que Chile logró avanzar económicamente porque hubo un acuerdo de sus fuerzas políticas, y lo mismo pasó con España tras la muerte del dictador Francisco Franco.