FERNANDO PEÑA DEFILLO
¡La partícula de Dios y el pensamiento creador!

<STRONG>FERNANDO PEÑA DEFILLO <BR>¡La partícula de Dios y el pensamiento creador!</STRONG>

Bajo una atmósfera cargada de expectación, rumores, aplausos e intensas emociones, la mañana del miércoles 4-7-2012, en el auditorio del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), localizado cerca de Ginebra, Suiza, y ante la presencia de científicos de todo el mundo, el Dr. Rolf Heuer, director de dicho organismo, anunciaba el hallazgo de evidencias sobre la existencia  de una nueva partícula subatómica: el afanosamente buscado y escurridizo “bosón de Higgs” o “la partícula de Dios” que, según el “modelo estándar” en Física de partículas -equivalente a la tabla de los elementos químicos y al ADN en Biología-, resulta clave para la explicación del origen de la vida, el funcionamiento  de la materia, la energía, el Universo, todo lo que vemos y lo que no podemos ver.

El bosón de Higgs es una partícula hipotética que recibe su nombre en honor al célebre físico británico Peter Higgs (1929), quien, junto con otros especialistas, propuso (1964) el llamado mecanismo o campo invisible de Higgs para explicar el origen de la masa de las partículas elementales que no están compuestas por partículas más pequeñas como los electrones y los quarks.

El campo de Higgs sería una especie de continuum espacio-temporal, formado por un número infinito de bosones de Higgs. La masa de las partículas subatómicas se originaría mediante la “fricción” con el campo de Higgs. Las partículas que tengan una mayor fricción  con este campo tendrían mayor masa.

El hallazgo del bosón de Higgs, considerado como el descubrimiento más importante de la Física en los últimos 40 años y avalado por la prestigiosa revista “Science”  como el gran hito científico del 2012, se ha producido gracias  a los detectores de una supermáquina denominada Gran Colisionador de Hadrones -LHC-, poderoso acelerador de partículas, construido en un túnel de 27 kilómetros de longitud bajo la frontera franco-suiza a un costo de 10.000 millones de dólares que, desde el 2009, ha estado produciendo colisiones de protones de alta energía para investigar la estructura de la materia, la materia oscura, la antimateria y el origen del Universo que, según la teoría científica, ocurrió luego del “Big Bang”  o explosión primordial.

La absurda denominación de  “partícula de Dios” o “partícula divina”, proviene del libro titulado “La partícula de Dios: si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?”, publicado en 1993 por  Dick Teresi y León Max Lederman, Nobel de Física (1988), quien se refería  al bosón de Higgs como “thegoddamnparticle” -la maldita partícula- por la imposibilidad de detectarla.

El editor decidió cambiar a “The God Particle”,  resultando todo un caso de lamentable confusión para la comunidad científica. Porque, si bien“el Higgs” opera en el intento de entender mejor el origen del universo,  nada tiene que ver con teología ni con Adán y Eva, el Niño Jesús,  los Reyes Magos ni Santa Claus. En realidad, se trata de un descubrimiento similar al de la gravedad-explicada como ley invisible que siempre estuvo ahí por Isaac Newton en el siglo XVIII-.

Así, mientras el absurdo y la confusión se expanden desde los laboratorios de la ciencia, las “redes sociales” del hipermundo, los más media, las calles y los rituales del caos cotidiano, en lo que sí coinciden los físicos, los teólogos y el pensamiento creativo de los artistas, es en el hecho incontrastable de que “…todos los simbolismos que tienen a la divinidad como protagonista indican meridianamente que todo acto de creación posee un punto de provocación inseparable de su propia conformación”, tal como sostiene Fernando Peña Defilló en su  libro titulado “Lógica de lo imperfecto”, editado por Amigo del Hogar en el año 2006.

“El fluido sutil en que nos movemos, el elemento que envuelve todo lo que vive en nuestro universo, o sencillamente nuestro sistema cognoscitivo, no nos ha permitido la experiencia de lo perfecto. Por lo tanto, de ser esto cierto, tendríamos que reconocer que lo imperfecto no tiene contrario, sólo la posibilidad de crearlo de su propia potencia cuando, como hemos dicho anteriormente, logremos traspasar la fase que nos haga capaces…Hay un poder real por encima de nuestra inteligencia, descrito con tantas diferentes versiones, como para confundir al más creyente.

Mas esto no nos debe impedir la fe en su verdad, y reconocerlo en todo lo que existe, proclamando como en el sistema panteísta: TODO ES DIOS, DIOS ES TODO”, agrega Peña Defilló, revelándonos la misma profundidad y lucidez de las ideas que sostienen su práctica creadora.

En su mirada reflexiva y creadora sobre los cimientos culturales, políticos, científicos y espirituales de la civilización contemporánea, el consagrado pionero de la abstracción pictórica en Santo Domingo e Hispanoamérica, jamás se aferra a las  dogmáticas columnas que sostienen las casas de  los doctos ni mucho menos quiere despojarse de la “ingenuidad pragmática con qué mirar al mundo contemporáneo con ojos primigenios…Las manifestaciones del mundo de las ideas se concatenan, ya sea por semejanzas o por oposición, acción-reacción, contrarios-complementarios…

“Suponer que una idea no se derive de otra, o de algún hecho que la provoque, es improbable, a menos que sea de origen divino, que es el único poder que haya sacado producto de la nada, como creó Dios al Universo o, según la explicación científica, del hipotético  “Gran Bang”  o explosión que dio origen a la creación; que sería más bien transformación que creación, ya que lo que fuese que explotara o causara la explosión ya estaba ahí…La separación de un mundo real (la ciencia) y un mundo sobrenatural (las religiones), tiene por consecuencia graves enfrentamientos de conciencia en el individuo. Págs.35-40-41.

En cuanto a la aplicación de esta idea en las andanzas del arte, reflejo de la vida o posiblemente al revés en las numerosas ocasiones en que su habilidad para moldearla se manifiesta, tenemos el ejemplo de Picasso, quien al trastocar violentamente lo establecido y darle gran fuerza a un movimiento iniciado con precaución después de la mitad del siglo XIX, parece haber entendido todo esto y realiza un acto de valor y osadía al ser el primero en pintar obras aparentemente incoherentes, dislocadas y revolucionarias, inspirándose, sin embargo, y no hay por qué ignorarlo, en el arte de los primitivos africanos en muchos de sus lienzos más conocidos”. Págs. 19-20.

En el pensamiento creativo de FPD,  la totalidad cósmica se advierte en constante interrelación: “Todas las obras de arte tienen de algún modo lazos con otras anteriores…El arte parece ser auténticamente congénito a nuestra naturaleza, según nos revela una revisión de la historia…Como, por supuesto, entre la vida y el arte hay una íntima relación, ambos se desenvuelven en el mismo estilo, que podríamos llamar “Derivativismo” para contrariar a los que pretenden la separación absoluta entre los seres y las cosas, de ellos y entre ellos”. Págs.42-43.

Fernando Peña Defilló reconoce una característica ingénita en la especie humana: La sed de conocimiento. Y, precisamente, en su intento de saciar su sed de sabiduría nos advierte: “En las sociedades levantadas o educadas en las religiones del judaísmo y el cristianismo, nos han enseñado que Dios nos creó a su imagen y semejanza, por lo que podríamos deducir que la perfección tampoco está en la divinidad.

Esto sólo podría ser considerado de acuerdo a nuestra capacidad de discernimiento o percepción. Acaso la intención de no permitirnos la bienaventuranza sin esfuerzo ni penas, y el concepto de habernos creado a su imagen y semejanza, encierre un mensaje mucho más profundo, significando que Él en su omnipotencia e infinita representación del bien, debe mantener por igual una lucha constante contra la infinita representación del mal”…Pág.53.

En sus reflexiones creativas, Peña Defilló nos habla sobre “un todo matérico manifestado en formas diferentes” y reciclándose perpetuamente a través de lo mismo que crea. ¿Será ese todo matérico del pintor la piedra filosofal, el disolvente o la substancia esencial de los antiguos alquimistas y de la que estarían compuestos todos los cuerpos de la naturaleza?¿Y no se parece bastante este “fluido sutil”, ese “todo matérico”, a la especie  de “viscosidad” aglutinante y autogeneradora de la materia”, como también ha sido  llamado el inefable campo de Higgs?

Desde la “anunciación” del profético bosón de Higgs, no deja de fascinarme el sueño de  un encuentro fraterno  entre el intenso, curioso y siempre jovial Peter Higgs con la reconcentrada, atenta y proactiva personalidad creadora de Fernando Peña Defilló. Definitivamente, sería un “meeting” alucinante.

Pues, como muy bien advierte Peña Defilló: “Lo científico y lo intangible irán siempre de la mano, manteniendo el equilibrio entre la razón y los mitos que nutren en la misma medida a los seres humanos…La filosofía y el arte, es decir, el pensamiento y la creatividad, nos ayudan bastante a comprender lo que significa lo ideal. Pero sólo nos preparan para no perdernos en el camino, al contrario de lo que hace el fanatismo y la credulidad, en horrendos destinos de eternos castigos y torturas”…Págs. 67-69.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas