Destacado psiquiatra, académico y escritor, Fernando Sánchez es un estudioso de la conducta humana que ahora nos ofrece un recuento crecido, de inspiración enciclopédica sobre la mujer médica dominicana.
Sánchez quiere abarcarlo todo y se remonta hasta la mujer en la prehistoria, aunque meramente para marcar la ruta desde los inicios. Obviamente le faltó espacio y tiempo; pero su libro es un homenaje a ese personaje que él conoce tan cerca, con quien ha convivido en el trabajo, en la cátedra y en su propio hogar: la mujer médica dominicana; porque hay que enfatizarlo, como él lo hace, nuestras mujeres han tenido más dificultades y obstáculos sociales y culturales que la mayoría de sus colegas de otros países del continente.
Sánchez nos presenta un valioso material para la Sociología y la Psicología Social de la Medicina, ramas que se han desarrollado sobre todo en los Estados Unidos. Durante mis años en La Católica de Chile, realicé varios trabajos en dichas áreas con la asesoría de Bernard Segal, en Chile, y con la de Antonio Ugalde, en Austín, Texas, donde también conocí a Eliot Freidson, autor del libro “The profession of Medicine”, ganador del “Premio Sorokin de Sociología”, cuya visita propicié, bajo el auspicio del Instituto de Estudios Latinoamericanos.
Conversando con él le pregunté, cómo es que la Asociación Médica de los Estados Unidos (AMA) no lo había hostigado, luego de esa portentosa denuncia de malas prácticas profesionistas, y del uso abusivo de su enorme poder gremial: “Ellos son demasiado poderosos para ocuparse de mí”, respondió. Freidson sabía que las obras científicas no suelen llegar al gran público, y su impacto en la opinión pública es pequeño, y que una “denuncia” académica no suele tener consecuencias jurídicas.
Según William Goode, una verdadera profesión requiere de “un entrenamiento largo y especializado sobre un cuerpo abstracto de conocimientos, y una colectividad con orientación al servicio”.
Freidson enfatiza la necesidad de que la autonomía de ejercicio de la medicina profesional debe ser balanceada con una auto regulación rigurosa. Ya que la sociedad y la gente común no tienen a menudo control sobre su ejercicio. Michel Crozier, sociólogo francés, llamó “monopolio de la incertidumbre”, al poder de definir la situación, y de manipularla. Cosa que suele producirse tanto en el consultorio como en el quirófano, y también en medio de permanentes conflictos y tensiones en los hospitales, especialmente cuando el administrador procura eficiencia costo-beneficio y el director o cualquier médico procura o alega, con o sin razón, la prioridad de la salud del paciente, cosa esta que nadie puede rebatirle al médico a cargo un una cirugía. Fernando Sánchez destaca el gran apego a lo ético y científico de una pléyade de médicas que han sido orgullo de esta colectividad profesional.
Especialmente enfatiza el esfuerzo de superación de la médica que siendo esposa y madre lleva su ejercicio más allá de la abnegación. Por cual hace justo homenaje a esas mujeres, incluyendo la suya propia, que tanto han se han esforzado para darle a nuestra sociedad su invaluable aporte.