Feroz batalla en Nayaf

Feroz batalla en Nayaf

BAGDAD (AFP).- Los combates entre milicianos del jefe radical chiíta Moqtada Sadr y las fuerzas iraquíes, apoyadas por Estados Unidos, cesaron unas horas este lunes en Nayaf para «evacuar a los heridos», mientras el ex protegido de Washington Ahmad Chalabi aseguró que regresará a Irak pese a que puede ser detenido.

   «Hemos recibido una demanda de un miembro del consejo provincial para cesar los combates durante unas horas en el centro de la ciudad con el fin de evacuar a los heridos», declaró a la AFP el gobernador de Nayaf, Adnán al Zorfi.

   «Hemos aceptado. Comenzó a las 15H00 (11H00 GMT) y ya ha terminado», agregó. Un portavoz del ministerio del Interior, Saba Kadhem, puntualizó que se trataba de una «iniciativa local» y que el gobierno interino «no tenía nada que ver con esta breve interrupción de los combates».

   El Ejército del Mehdi de Moqtada Sadr afirmó en un comunicado que «no era el instigador de los enfrentamientos» y que por lo tanto sólo los interrumpiría si el otro bando lo hacía primero.

   Por la noche, se oían de nuevo disparos de mortero y de armas automáticas en Nayaf, según la AFP.

   Los combates en esa ciudad santa chiíta del centro de Irak se prolongan desde hace cinco días y han causado 360 bajas en las filas del Ejército del Mehdi, según el ejército estadounidense. La milicia de Sadr lo niega.

   El primer ministro iraquí Iyad Allawi sigue siendo el responsable de la administración de Irak, destacó el presidente estadounidense George W. Bush.

   «Nuestra política es trabajar con el primer ministro (Iyad) Allawi y apoyar a los iraquíes en sus preparativos para las elecciones. Nuestras tropas han participado en combates contra las milicias de (el jefe radical chiíta Moqtada) Sadr y los iraquíes también. Parece que hacen progresos para estabilizar Nayaf», dijo Bush tras reunirse en la Casa Blanca con el primer ministro polaco Marak Belka.

   Las fuerzas polacas en Irak entregaron a las tropas estadounidenses el poder en las provincias de Nayaf y Qadisiya por orden del general estadounidense George Casey debido a «un análisis realista de la situación», según el comandante de la división centro-sur.

   Por su parte, el ministro iraquí de Defensa, Hazem Chaalan, advirtió en declaraciones al canal de televisión por satélite Al Arabiya que el ejército iraquí podría intervenir para «aplastar» a las milicias de Sadr «si las operaciones toman una envergadura mayor».

   El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, pidió a los combatientes de Nayaf decretar un cese del fuego y encontrar una solución pacífica.

   Entretanto, la violencia continuaba también en el resto del país, donde un atentado suicida con coche bomba causó la muerte de seis iraquíes y 16 heridos, incluido un vicegobernador de la provincia de Diyala, cerca de Baaquba, al noreste de Bagdad. Un grupo relacionado con el líder extremista jordano Abu Musab al Zarqaui reivindicó el ataque en una página de internet islamista.

   Además, un soldado británico murió en enfrentamientos con insurgentes en la ciudad de Basora (sur de Irak), anunció el ministerio británico de Defensa.

   En Bagdad, el ministerio del Petróleo fue alcanzado por la mañana por tres obuses de mortero, que no causaron víctimas.

   Más tarde, un portavoz de la compañía petrolera del sur de Irak anunció que se había suspendido el bombeo de petróleo en el sur del país debido a que los milicianos chiítas amenazan con atacar los yacimientos petroleros.

   Como consecuencia, el precio del petróleo alcanzó un récord de cierre en Nueva York, con el barril cotizado a 44,84 dólares, luego de rozar los 45 dólares por unidad.

   Entretanto, un juez iraquí dictó órdenes de detención contra Ahmad Chalabi, jefe del Congreso Nacional Iraquí (CNI), y su sobrino Salem, que está en Londres.

   «Serán detenidos en cuanto regresen a Irak y comparecerán ante una cámara del tribunal», declaró Zuheir al Maliki en Bagdad.

   «Voy a volver a Irak en unos días para hacer frente a estas mentiras desvergonzadas, ridículas y puramente políticas», declaró en Teherán a la AFP, Ahmad Chalabi, acusado por la justicia iraquí de fraude y de distribuir moneda falsa.

   Salem Chalabi, jefe del Tribunal Especial Iraquí (TSI) encargado de juzgar al ex dictador Saddam Hussein, es buscado por el asesinato del director general del ministerio de Finanzas, Haitham Fadel, perpetrado el pasado abril.

   Estados Unidos declinó ofrecer cualquier tipo de ayuda a su ex protegido Chalabi, aunque pidió a las autoridades de ese país ajustarse al «debido proceso».

   En cuanto a los rehenes en Irak, dos camioneros jordanos, secuestrados el pasado 26 de julio en Irak, fueron liberados en Bagdad y trasladados al hospital jordano de Faluya, indicó a la AFP un responsable jordano.

   Teherán anunció que el diplomático iraní secuestrado el miércoles estaba «vivo y en buen estado de salud».

   Y el canal de televisión Al Jazira de Qatar emitió un vídeo en el que la milicia de Sadr anuncia que retiene a un oficial de policía iraquí para intercambiarlo por milicianos detenidos.

   Precisamente Al Jazira está en el medio de una controversia, en momentos que Washington intenta reconciliar su prédica en favor de la libertad de prensa con su defensa de la decisión del gobierno interino iraquí de cerrar los estudios de la cadena de televisión árabe en Bagdad.

   El departamento de Estado dijo que la resolución «es una decisión difícil de criticar» y señaló que en opinión de Washington al-Jazira era  responsable de incitar a la violencia.

   La Federación Internacional de Periodistas (FIJ) tildó la decisión como una «censura inaceptable».

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