POR MARGARITA QUIROZ
En un principio, los expertos en fecundación in vitro implantaban a la mujer infértil cinco, seis y hasta siete embriones con el interés de obtener mayores posibilidades de embarazo. Esta iniciativa trajo como consecuencia un problema médico internacional, y a la vez, uno que otros comentarios en voces de representantes de la iglesia católica, ya que en más de una ocasión mujeres fecundadas procrearon igual número de embriones implantados, poniendo en peligro sus vidas y las de los recién nacidos, que por lo general nacían en forma prematura.

Para impedir este fenómeno se comenzaron a estudiar los medios de cultivos y de incubación, llegando a la conclusión de que se debía implantar un sólo embrión, previamente seleccionado por un equipo médico multidisciplinario compuesto por ginecólogos, embriólogos y andrólogos.

No obstante, en algunos casos se procede a implantar dos embriones, previo consentimiento de la pareja y ante circunstancias especiales, como lo puede ser calidad del huevo.

Este nuevo método está siendo implementado, desde el mes pasado, en el país tras la apertura del Instituto de Reproducción Israelí Panamericano (IRIP), según dice su director médico, José Plácido Montero.

El instituto, que funciona dentro de la Clínica Corazones Unidos, tiene entre sus facilidades un laboratorio de fertilización in vitro, sala de operaciones, sala de recuperación, facilidades de hospitalización, y consultas.

Además, tienen una sala con capacidad de congelación, para preservar los huevos sobrantes y así ser implantados cuando la paciente lo desee, en caso de que la primera transferencia no fuera exitosa. El costo de la fecundación in vitro es de 6,800 dólares y en caso de repetir el proceso, con el huevo guardado en la sala de congelación, es de 1,500 dólares.

De acuerdo a Montero, en tan sólo un mes, en el instituto se han tratado 23 pacientes, de las cuales 11 se han sometido al proceso de fecundación, mientras se está a la espera de los resultados.

PASOS PARA UNA FECUNDACIÓN IN VITRO

La infertilidad no es un problema exclusivo de la mujer, aunque estos son los casos más predominantes. Estudios hablan de que un 40% de las parejas infértil pueden encontrar las causas en la mujer y un 35% en el hombre. En el resto de los casos la fuente del problema está en ambos miembros o se desconoce su origen.

Se considera una pareja infértil  a aquella que aún teniendo relaciones sexuales normales, con una frecuencia mayor de tres veces a la semana, no puede lograr embarazarse. Aproximadamente entre el 10 y el 15% del total de las parejas tienen problema de infertilidad.

En este caso no se recomienda medicar sino someter a la pareja a varios estudios básicos. En el caso del hombre se realiza un espermatograma con el cual se determina su capacidad para concebir, el número de espermatozoide por milímetros cúbicos, la cantidad de espermatozoide por eyaculación, movilidad, forma y calidad.

Para realizar este estudio el hombre debe obtener el semen  a través de la masturbación y llevarlo a laboratorio. Para poder reproducir el hombre debe tener no menos de 40 millones de espermatozoides por milímetros cúbicos con una movilidad mayor de 50%. En el caso de la mujer, el problema es más complejo y por ende se deben realizar más pruebas. 

Básicamente, lo primero que hay que chequear en la mujer es la capacidad de ovulación, ya que sí un huevo no se madura no hay posibilidad de embarazo. Esta capacidad va ligada directamente a los niveles hormonales. Para determinar la presencia u ausencia de la ovulación, Montero utiliza el método  de la biopsia de endometrio. Con este estudio el especialista además puede informarse sobre la condición del cuello de la matriz y las trompas de Falopio.

A entender del especialista esta biopsia debe de practicarse al final del ciclo menstrual porque de esta forma se impide la interrupción de un posible embarazo. Luego la muestra se envía a patología.

Posteriormente se hace una histerosalpingografía que es un estudio complementario a base de rayos x.

Finalmente, para saber si la mujer cumple los requisitos para practicarse la fecundación, el especialista trata de resolver a través de estudios cualquier factor inmunológico que permita la penetración del espermatozoide  al óvulo o bloqueen su capacidad de movilidad.

Además el especialista, evalúa los diferentes estudios realizados, sin que aún se suministren  medicamentos. Se le pone a la pareja un plan de tres meses, tiempo, en el que deben intentar lograr el embarazo.

Tras cumplirse el plazo, se le practica a la paciente una laparoscopía, la cual permite ver en un monitor,  los órganos que están dentro de la cavidad abdominal: vesícula, estómago, útero, etc.

Como bien explica Montero la fecundación in vitro es un tipo de procedimiento que no puede ser hecho por un sólo médico y debe tener el aval de una institución que tenga capacidad de investigaciones científicas y mucha experiencia.

 PROCESO DE ASPIRACIÓN DEL ÓVULO

– Mediante chequeo sonográfico seriado el médico determina el día de la aspiración de los folículos.

– Unas 36 horas de la aspiración la mujer recibirá un tratamiento hormonal.

– La paciente deberá ayunar seis horas antes de la aspiración de los óvulos.

– Antes de la aspiración el hombre debe de producir el semen.

– La aspiración de los óvulos se hará con una ligera anestesia y a través de un ultrasonido vaginal.

– Dos horas después la paciente será dada de alta.

 – Luego el semen fresco pasa por un proceso de laboratorio. Se le agrega una cantidad medida de cada semen a los óvulos y se colocan en el incubador.

– Al día siguiente el embriólogo podrá identificar por microscopio a los óvulos en los que penetró un espermatozoide y si se produjo la fecundación.

 Se le informa a la pareja la cantidad de óvulos fecundados y después de tres días se procede a la transferencia de los embriones al útero.