Festiva procesión da
inicio Semana Santa

Festiva procesión da<BR>inicio Semana Santa

Jerusalén (EFE).- Las celebraciones de Semana Santa, que este año coinciden con la Pascua Judía, empezaron ayer en Jerusalén con la procesión del Domingo de Ramos, en la que participaron miles de cristianos de todos los continentes en un ambiente más festivo que devoto.

El viento frío, el cielo plomizo y, por momentos, la lluvia no empañaron la marcha, que comenzó en la iglesia franciscana de Betfagé, en el Monte de los Olivos, y concluyó ante la Puerta de Santa Ana, al lado de la modesta capilla en memoria de la madre de la Virgen María.  Unos mil boy-scouts palestinos portando banderas vaticanas o símbolos cruzados abrían la procesión, con la que se conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.

En la iglesia de Betfagé, donde el Patriarca de la Iglesia Católica, monseñor Michel Sabah, bendijo la marcha, se halla la piedra de la que se valió Jesús para montar al borrico con el cual entró en la ciudad santa.

Estadounidenses, indios, angoleños, surcoreanos, filipinos, españoles, polacos, italianos… todo un crisol de peregrinos unidos por la misma fe cantaron y rezaron agitando sus ramos, junto a palestinos cristianos y miembros de la comunidad eclesiástica, durante los cuatro kilómetros de recorrido. “Esta alegría, esta fe, sólo se puede ver aquí, en Jerusalén. Es como si Jesús estuviera entre nosotros”, asegura Krysztof, un polaco que vive desde hace meses en la ciudad santa y no quiso faltar a su “cita con Dios”.  Por su parte, Caroline es, pese a su juventud (23 años), la quinta vez que viaja a Jerusalén por Semana Santa desde su Francia natal. “Aquí -dice- todo tiene una coloración particular, intensa”.

El Domingo de Ramos “tiene las contradicciones de los tiempos actuales: Jesús hizo aquí su entrada triunfal para luego morir por nosotros en la cruz”, añade.

   La procesión, iniciada a primera hora de la tarde, ofreció imágenes de estas paradojas: los ramos de olivo se confundían con los uniformes de los soldados israelíes, que recordaban a los fieles que la ciudad santa no es aún ciudad de paz.

   “Es muy emotivo, al hacerlo sólo me viene Jesús a la cabeza”, afirmaba con un hilo de voz la granadina María, mientras que, “como latinoamericano”, el misionero brasileño Wilson dedicaba en su primera Semana Santa en Jerusalén un recuerdo a “los pueblos que son crucificados cada día”.

   Antes de llegar a la Puerta de Santa Ana, los creyentes pasaron junto al huerto del Getsemaní, donde, según los Evangelios, Jesús vivió la noche de Pasión previa a que Judas le entregase a los soldados romanos.

   La procesión fue conducida por monjes de la Custodia de Tierra Santa, de la orden de San Francisco de Asís, que llegó a esta tierra hace más de ocho siglos.

   El acto más importante de las celebraciones de Pascua será el Vía Crucis del Viernes Santo, procesión que reproduce el itinerario que se supone recorrió Jesucristo por la Vía Dolorosa hasta el lugar de su crucifixión.

   Un día antes, los fieles recrearán la última Cena de Jesucristo y la ceremonia del Lavatorio de los Pies de doce miembros de la comunidad cristiana.

   Una procesión de padres franciscanos, precedida por el custodio en Tierra Santa, Giovani Battisteli, comenzará ese día su marcha en el Cenáculo donde Jesús celebró la última cena con los doce apóstoles, poco antes de retirarse a orar al huerto de Getsemaní.

   Posteriormente se dirigirán a la iglesia armenia de Santiago, lugar donde la tradición sitúa el martirio de Santiago el Mayor, a la casa del sumo sacerdote Anás, ubicada en el barrio armenio de la ciudad antigua de Jerusalén, y a la Iglesia siria de San Marcos.

   Cuando el día esté a punto de caer será el momento de la denominada “oración del huerto” u “hora santa” en Getsemaní, un ritual que también será presidido por monseñor Sabah.

   Como casi todos los años, la Semana Santa coincide con los festejos del Pésaj, la Pascua de la comunidad judía, que celebra la liberación de la esclavitud en el Egipto faraónico, hace 2.500 años, y la llegada de la primavera.

   Las autoridades militares han clausurado todos los accesos a territorio israelí para la población palestina residente en la franja de Gaza y Cisjordania, salvo para casos humanitarios.

   Y, como sucedió en 2004 por última vez, también los cristianos ortodoxos celebran su Pascua en estas fechas, con oraciones en las iglesias y cenas tradicionales con cordero.

   Se espera una gran afluencia de éstos, pues la mayoría de la comunidad cristiana en Tierra Santa, principalmente árabe, pertenece a iglesias de rito oriental.

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