Festival de Santo Domingo,
el intento de un gran evento

Festival de Santo Domingo,<BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2007/10/BB2E50DD-9A52-4D7B-BD8D-6CCB47A72BCA.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=338><noscript><img
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POR DIOMELO MARTINEZ
 El primer Festival de Santo Domingo, celebrado el pasado domingo 14 en el Malecón, más que un evento propiamente dicho fue un ensayo de lo que en años posteriores pudiera ser una gran fiesta nacional.

Fue un proyecto muy ambicioso que cubrió siete kilómetros de música e igual número de tarimas ubicadas a todo lo largo de la avenida George Washington (bautizada como la discoteca más grande del mundo), donde se presentaron alrededor de cien artistas del  merengue, la bachata, género urbano  y donde el folclor, el son y la música típica tuvieron cabida.

La intercepción de la avenida Máximo Gómez con Malecón fue el centro de operaciones para transmitir en vivo a todo el  país y vía satélite hacia Nueva York y otros estados de la unión americana, por Supercanal 33 y Super Señal  Caribe.

Allí estaba ubicada la tarima No. 5 donde vieron participación los merengueros  Krisspy, Los Potros y el Ballet Folclórico del Ayuntamiento del Distrito Nacional, entre otros.

El festival, que recorrió una distancia desde la Avenida del Puerto hasta la Feria Ganadera, estuvo salpicado por el sazón criollo con la venta de comida típica en la Plaza Juan Barón, frente al parque Eugenio María de Hostos, donde estaba la tarima No. 3.

En esa área  el merengue joven estuvo representado por Miguel Angel y se pudo observar el regreso de Tierra Seca. Ese  mismo escenario recibió a Henry Henry y al bachatero El Chaval.

Durante el recorrido hecho por ¡ALEGRÍA! se pudo recoger la reacción de la gente que se quejaba por la presentación de muchas figuras desconocidas, entre ellos presentadores y animadores, así como  la distancia entre una tarima y otra.

Más o menos estaban ubicadas  a una distancia de un kilómetro una de otra, por lo que el público no podía escoger si quedarse o moverse a otra oferta musical, a pie.

 El escenario No. 4, ubicado frente a la antigua Ceniza, contó con la participación de Kinito Méndez, quien con su contagioso ritmo junto a los Taimáscaros de Puerto Plata, El hombre merengue puso la chispa que encendió al público, hasta llegar Don Miguelo, representante criollo del género reguetón.

Cabe destacar que hubo una participación de una comparsa y un grupo folklórico por cada tarima.

A medida que avanzaba el tiempo subía la adrenalina de la gente, y la asistencia iba aumentando. Más de 20  presentadores actuaron desde el mediodía hasta la medianoche.

Rubby  Pérez tuvo  una buena participación, también Sonia Cabral, el Gringo de la Bachata, Palo Típico y la comparsa Los Toros Cojuelos  de La Romana, se encargaron de hacer la fiesta en la tarima No. 1 instalada  en la Avenida del Puerto.

  En la tarima No. 2,  ubicada en la calle Palo Hincado, el merengue femenino estuvo representado por Chavely. En ese punto también actuaron el el grupo Fantasía (nueva oferta  merenguera), Carlos Marine en la bachata y Sergio Vargas,  el plato fuerte de esa área.

Las tarimas números 6 y 7, las menos concurridas por su ubicación en  avenida Abraham Lincoln y Feria Ganadera, respectivamente, fueron escenarios cubierto por la música de Fefita La Grande, Parada Joven, Silvio Mora, Sexapeal, Familia André y la bachata de Raymond, en un montaje que del sector oficial  solo tuvo el apoyo del Ayuntamiento del Distrito Nacional. 

 En términos generales  este primer  Festival de Santo Domingo fue un intento de su creador Luis Medrano  por hacer un gran evento en el escenario más concurrido de la ciudad; sin embargo, hay que contar con algunos detalles como la promoción a tiempo, las ubicaciones de las tarimas más cerca, el patrocinio de instituciones oficiales como las Secretarías de Cultura y Turismo para darle mayor fuerza institucional a la actividad, y algo muy importante: el respeto a la prensa, ya que a la seguridad, militares y policías,  sobre todo los de AMET, le importó un comino los periodistas y reporteros gráficos, aunque se identificaran  y estuvieran  asignados a la extensa actividad.

COSITAS Y COSOTAS

La seguridad y los tres policías de AMET apostados en la avenida Máximo Gómez con Malecón no les importó que los periodistas  se identificaran. Los mandaron a la m… solo porque el chofer del diario buscaba un parqueo en el área.

La gente se quejó de tantos artistas desconocidos y de la ubicación de las tarimas a distancias muy lejanas.

Un impasse en el escenario No. 4 por el turno del bachatero  Jimmy Bauer concedido al también bachatero Wellington, puso en apuros a los organizadores, pero luego los manejadores de ambos artistas se pusieron de acuerdo.

Da pena y vergüenza la  falta de conocimiento y preparación de algunos presentadores. Deben pulir su léxico para futuras ocasiones, no es posible que un conductor esté diciendo “Ditristo”. ¿Que pasó ahí?

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