Fiasco paz palestina

Fiasco paz palestina

Luego de cinco viajes a Tel Aviv y Ramalá realizados por el secretario de Estado del imperio, John Kerry, para tratar de sentar en la mesa a judíos y palestinos, logró su empeño al reunirlos en Washington, D. C., a partir del 29 de julio reciente.

Tzipi Livni, jefa de la delegación judía para las negociaciones con los palestinos, y Saeb Erekat, representando a Mahmud Abbás, presidente de los palestinos de Cisjordania, iniciaron la ronda de tratos para conformar los cimientos de que dos Estados acérrimos, consigna convivir en paz recíproca, respetándose y forjando un temario de intercambios provechosos.

Suena idílico, pero es lo que algún día será posible por el determinismo geográfico de dos etnias sesgadas, con dos religiones distintas, que aman a un solo Dios con profetas diferentes, si el poderoso lobbysmo israelí norteamericano se dificulte.

Retorno a las fronteras antes de la Guerra de los Seis Días de 1967 en que Cisjordania es parte fundamental para la fundación del Estado Palestino, donado por el rey Hussein de Jordania  el 31-8-1988 para ese propósito justo, inclusive la parte Este de Jerusalén para establecer la capital del Estado Palestino, que el Estado judío se apropió de ambos luego de ese conflicto, junto a los Altos de Golán, que escamoteó a Siria.

La alliyah (retorno) de 4 millones de palestinos dispersos por la represión y el terrorismo estatal judío, que éstos objetan, son dos requisitos sine qua non que no aceptará el premier Benjamín Netanyahu, porque de hacerlo, su partido Likud le negaría su apoyo en las elecciones venideras para continuar en el mando, traducción de que los poderes fácticos se yerguen sombríos por encima de las conveniencias supremas de un proyecto magno de consolidar la paz permanente en el Cercano Oriente.

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