Fibrilación atrial, trastorno de alta incidencia después de los 55 años

Fibrilación atrial, trastorno de alta incidencia después de los 55 años

La fibrilación auricular o atrial es un trastorno del ritmo cardiaco caracterizado por impulsos irregulares y de diferente intensidad, originados en la porción superior del corazón (aurículas), reemplazando el ritmo sinusal normal del mismo.
Así define este trastorno el doctor Pedro Ureña, especialista en cardiología clínica e intervencional.

El experimentado cardiólogo dominicano señala que su incidencia y prevalencia depende de la población estudiada, pacientes con condiciones valvulares, post cirugías torácicas y en particular la población envejeciente son más propensos.
“Se estima que después de los 55 años el riesgo en vida de padecer de fibrilación atrial es de aproximadamente 22 % en mujeres y 24 % en hombres con un ascenso lineal directamente relacionado al aumento en edad”, indica.

A continuación, Ureña responde algunas de las preguntas más frecuentes con relación a este trastorno cardíaco.

¿Cómo se manifiesta? La manifestación clínica es variable, desde el paciente que no se da cuenta de que la padece, hasta el paciente que puede debutar con palpitaciones, angina y en algunos casos insuficiencia cardiaca, sobre todo si el ritmo permanece acelerado por mucho tiempo.

¿A quiénes afecta? La población envejeciente es particularmente propensa a padecerla, por encima de los 65 años la inciencia va desde un 10 % hasta un 17 % en pacientes octogenarios.

¿Cuáles son los factores que inciden en su aparición? La obesidad, la hipertensión arterial, los problemas valvulares, en particular aquellos que afectan la válvula mitral, drogas estimulantes, trastornos tiroideos, problemas isquémicos coronarios y tromboembolia pulmonar, están todos asociados a la aparición de fibrilación atrial.

Existe, sin embargo, un porcentaje de la población sin una causa identificable y la llamamos “solitaria” o sin causa aparente. El problema radica en que la fibrilación de por sí implica cambios estructurales en el tejido del corazón que promueve mayor recurrencia de la misma.

¿Cómo se diagnostica? El electrocardiograma es la herramienta con la cual podemos diagnosticar la fibrilación atrial.

Existen casos en los que su aparición ocurre de manera intermitente y en esos casos utilizamos monitoreo de mayor duración, como holters o grabadoras de eventos.
¿Cuáles son sus complicaciones? La principal y más temida complicación de la fibrilación atrial es el accidente cerebrovascular, cuya incidencia varía dependiendo del riesgo del paciente.

Esta arritmia promueve la formación de coágulos en las aurículas, los cuales pueden desprenderse y producir isquemia o infartos.

¿En qué consiste el tratamiento? Hoy día el tratamiento principal consiste en evitar las complicaciones, específicamente controlando la aparición de trombos mediante el uso de anticoagulantes, control de la recurrencia y de qué tan alta esté la frecuencia.
El abordaje se individualiza tomando en cuenta sobre todo el riesgo del paciente a padecer estas complicaciones.

Existen medicamentos efectivos en controlar la frecuencia cardiaca y otros llamados anti arrítmicos, cuyo uso está destinado a corregir la fibrilación y evitar recurrencias.
La principal limitación de los antiarrítmicos consiste en sus efectos secundarios, sobre todo en grupos vulnerables, como ancianos y pacientes con insuficiencia cardiaca o debilidad del músculo cardiaco.

En pacientes en los que no se obtenga un control adecuado mediante tratamiento médico se puede realizar ablación, un procedimiento percutáneo donde se aísla el tejido ayudando a mantener el ritmo regular en aproximadamente un 75 % de los pacientes intervenidos. Lo más importante en caso de esta falle es el mantenimiento de un adecuado esquema de anticoagulación y control de la frecuencia cardiaca.

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