Ficciones de Occidente en el conflicto árabe-israelí

Ficciones de Occidente en el conflicto árabe-israelí

DARÍO CONTRERAS
Los que residimos en la llamada región occidental del globo  terráqueo, léase Europa occidental y las Américas, hemos sido constantemente bombardeados y “programados” por las grandes  empresas que dominan los informes noticiosos, para inculcarnos la idea de que los árabes son una partida de fanáticos que le han hecho la vida imposible a un pueblo amante de la paz como Israel, un Estado producto de un acuerdo de las principales potencias occidentales en el año 1947 como acto de mea culpa por el exterminio de judíos por los nazis en la II Guerra Mundial.

Especialmente después del ataque terrorista del 11 de Septiembre de 2001 en los Estados Unidos, se ha propalado la idea de que Israel libra una batalla en defensa propia contra el terrorismo fanatizado esgrimido por sus vecinos árabe-palestinos. Sin embargo, se omiten ciertos hechos con relación a los tres millones de palestinos que viven bajo una ocupación ilegal de sus territorios, si hemos de acoger la Resolución 242 de las Naciones Unidas de 1967. Los territorios ocupados por Israel del propuesto Estado Palestino albergan actualmente unos 400,000 ciudadanos judíos en asentamientos ilegales. La ocupación de estos territorios palestinos, todo bajo el pretendido derecho de defensa propia por parte de Israel a raíz de la Guerra de los Seis Días de 1967, ha resultado en la creación de unos 3 millones de refugiados palestinos que deambulan por todo el Cercano Oriente, la gran mayoría de los cuales viven de la limosna de sus hermanos árabes y de la caridad internacional. Inclusive, aquellos que viven dentro de las zonas ocupadas por Israel, están desocupados en su mayoría (65% del total de la población). Adicione a esta triste situación el hecho del fraccionamiento del territorio palestino. Israel controla todas las vías de comunicación entre los fraccionados núcleos urbanos palestinos – se han contado unos 2,924 puntos de chequeo que manejan los militares israelitas a través de los cuales deben desplazarse los árabes de la zona, haciendo que un recorrido en vehículo de 10 minutos se convierta en una odisea de 4 horas. Además, existen los toques de queda y los cierres de los puestos de chequeo, lo que hace sumamente difícil el ir y venir a su sitio de trabajo de los residentes árabes. No es raro que unos 100 días por año se vean afectado por un toque de queda.

Cuando los palestinos se rebelan contra los que han usurpado su tierra se le llama “actos terroristas” y se invoca el derecho de defensa propia por parte del ejército de ocupación. Los llamados actos de violencia que cometen los palestinos contra el ejército más poderoso de la región – con la mano generosa de los Estados Unidos a razón de unos US$6,000 millones de ayuda por año – son caracterizados como bárbaros y no propio de un país civilizado. No obstante, la lucha de los palestinos por tener un Estado propio en el orden militar – aunque la verdadera solución sea política – tiene necesariamente que librarse tipo guerrilla, aunque unos cuantos, desafortunadamente, elijan también la violencia contra civiles y personas inocentes mediante “bombas humanas suicidas”. La eliminación de la violencia entre árabes e israelitas debe buscarse en las causas que han dado origen a que millones de personas que ocupaban esta región por miles de años – los palestinos – hayan sido desplazados de sus tierras y se encuentren hoy como parias en su propia casa. Así como creemos que la política exterior norteamericana ha sido equivocada en cuanto a la isla de Cuba, también consideramos que su apoyo irrestricto hacia Israel ha sido una de las principales causas de la actual situación de violencia, guerra y terrorismo en el Medio Oriente y de confrontación entre árabes y Occidente a través de actos de lesa humanidad cometido por parte de ambos lados.

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