FICHAS BIBLIOGRÁFICAS
Colección “Orgullo de mi tierra”

FICHAS BIBLIOGRÁFICAS<BR>Colección “Orgullo de mi tierra”

Con la puesta en circulación en 1999 de la segunda edición de la obra La Ciudad del Ozama: 500 Años de Historia Urbana, cuyo autor es el reconocido arquitecto y urbanista, Eugenio Pérez Montás, el exitoso grupo empresarial CCN hizo su entrada al mercado bibliográfico dominicano, con un libro que bien merece el calificativo de «monumental».

Esta obra está avalada, además, con la presentación de Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, quien expresa, entre otras consideraciones: «En el caso del libro La Ciudad del Ozama: 500 Años de Historia Urbana, que tiene el lector entre sus manos, ésta no sólo es necesario sino imprescindible porque su protagonista es la ciudad primada de América, y nunca antes había sido presentada su evolución de una manera tan hermosa, vivida y detallada, con tan significativa profusión de gráficas de verdadera calidad». Fin de la cita.

Editada en inglés y español, La Ciudad del Ozama preludia la impecable calidad de la Colección Orgullo de Mi Tierra que exhibe el sello empresarial antes citado.

La siguiente publicación de esta Colección está dedicada a la pintoresca y codiciada Bahía de Samaná, enclave marítimo de nuestra isla, entre el Mar Caribe y el Océano Atlántico, a la que el Primer Almirante de las Indias, Cristóbal Colón Fontanarrosa, bautizó con el bélico nombre de Golfo de las Flechas, y donde el valiente general francés Luís Ferrand dejó proyectado lo que él llamaría Puerto Napoleón.

En esta obra se percibe una impecable selección de la flora y la fauna de la citada región, en la que participan destacados artistas en el arte de la fotografía e intelectuales muy calificados, lo que ha permitido elaborar un texto con maestría y buen gusto, que bien merece el aplauso de quienes tengan la oportunidad de apreciar su contenido, el cual expresa, con encomiable fidelidad, la naturaleza de la histórica «Isla-Península de Samaná», cuya fundación en 1756 y se debe, según fuentes históricas confiables, al Brigadier Francisco Rubio y Peñaranda.

El equipo que tuvo a su cargo la ardua tarea de elaborar una obra de matices tan variados como expresivos, actuó bajo la coordinación del licenciado Félix Fernández quien, con igual destreza, ha ejercido iguales funciones en la elaboración en sendos volúmenes dedicados a Barahona y Pedernales, de los que hablaremos más adelante.

En lo que concierne a Samaná resultan visualmente impresionantes las fotografías de los pescadores de camarones de Sánchez, de Ricardo Briones; Camino de Mármol, de Roberto Álvarez, así como la Casita de las Galeras, de Domingo Bautista. Se trata de un derroche de armonía con singular belleza, plasmado en esta obra de la Colección Orgullo de Mi Tierra. En la Bahía convergen, según se explica «la belleza de sus playas, la sensualidad de las brisas del Atlántico, la frescura de sus ríos, el ensueño de sus cascadas, la exuberancia de su flora, el exotismo de su fauna y el candor y su simpatía». Para diferenciarla de otras regiones similares de nuestro país, dijo de ella el malogrado poeta Manuel Rodríguez Objío, en su poema Mi Patria:

…. en la extensión de sus costas
hay famosas ensenadas,
tan seguras y cerradas
que burlan el temporal.

Pero entre todos descuella
Samaná, que es nuestra vena,
causa de perpetua riña,
bien supremo o grave mal…

Por su parte, el activo empresario don José Manuel González, ejecutivo del grupo que patrocina la publicación de esta Colección, explica sus objetivos en los siguientes términos: «Orgullo de Mi Tierra: descubre la República Dominicana es una forma en que el CCN quiere contribuir al fortalecimiento de nuestro espíritu dominicano, afianzando nuestra nación de civismo y otorgando a cada habitante de esta tierra cientos de razones de orgullo de pertenecer y ser parte de ella». Fin de cita.

La religiosidad de Samaná, explica Félix Fernández, es «una religiosidad que se proclama, se vive, se comparte, se respeta y celebra». En este aspecto notamos la ausencia de una descripción más explícita acerca de la Iglesia Wesleyana, resultado del proyecto inmigratorio promovido por Jean Pierre Boyer en 1824, que provocó el asentamiento en esa región de la secta metodista, origen del hibridismo socio-cultural que aún se percibe en la comunidad de Samaná. «Entonces nació, dice el licenciado Rodríguez Demorizi, el Patois usado en la Península samanense, confusa mezcla de español, francés e inglés. Este es, pues, el único punto nebuloso en el mapa lingüístico de la República».

Curiosamente los descendientes de ese primer asentamiento migratorio, y a pesar del fracaso del proyecto colonizador del mandatario haitiano, sus adeptos participaron en la guerra de independencia de 1844, así como también a la causa dominicana entra España en 1861.

El licenciado Fernández confiesa, igualmente, que escribir un libro como Samaná «constituye un motivo de orgullo y una gran responsabilidad. Es un motivo de orgullo porque para cualquier persona, presentar a la sociedad toda la historia, la belleza; toda la promesa que representa Samaná constituye una oportunidad excepcional de esas que ocurren una vez en la vida». Fin de la cita.

La certeza de esta consideración provoca el aclamo de la ausencia de los nombres de algunos de sus hijos más ilustres: Teodoro Chasseriau (1809-1856), pintor del período romántico que en Francia adquirió fama universal. Ha sido considerado por Pedro Henríquez «como una de las grandes figuras del arte en el siglo XIX, a pesar de su temprana muerte en París»; François Sevez del Rosario (1905-1953), nacido en Samaná y quien murió en La Vega. Historiográfo y periodista. De él dijo el profesor Vetilio Alfau Durán; «con su muerte pierde la historiografía dominicana a uno de sus cultivadores más devotos y mejor preparados»; don Emilio Rodríguez Demorizi (1906-1986) quien vio la luz en Sánchez, y murió en la ciudad de Santo Domingo. Entre el centenar de las obras que nos legó el «padre de la historia documental» en nuestro país, hay una que lleva el expresivo título: Samaná, Pasado y Porvenir (1969).

Es posible que este aspecto no esté contemplado en el perfil de la Colección Orgullo de Mi Tierra, porque en los dos tomos siguientes: Barahona y Pedernales, advertimos, igualmente, la ausencia de personajes nativos de esta región que son orgullo nacional. Verbi gratia: África María Gracia Vidal (María Montéz: 1930-1959), quien dejó imborrables huellas en la meca del cine y quien falleció llena de gloria; Sócrates Arístides Henríquez Nolasco (1884-1980). Nativo de Petit Trou, hoy Enriquillo.. Gran parte de su notable obra como cuentista, historiador, folklorista y ensayista, está dedicada a esa región.

Ejemplo: Cuentos del Sur (1938), Ángel Liberato (1936), El General Florentino y un momento de la Restauración (1973), Cuentos Cimarrones (1938) y Viejas Memorias (1968), entre otros títulos de indiscutible valor literario; Rafael Damirón (1882-1956): periodista, ensayista, poeta, novelista, dramaturgo y diplomático (1968). Como costumbrista y novelista éste autor tiene obras que lo consagran como un valor indiscutible de la narrativa dominicana. Entre sus obras vale citar: Del Cesarismo (1911); La Cauca (1944); La Revolución (1940); Alma Criolla (1916); Nuestro Sur Remoto (1938); De Soslayo (1946); Eliseo Amable Damirón (1884-1977). Poeta, periodista, músico, abogado de activa participación política, y aunque nació en la ciudad de Santo Domingo, su vida pública transcurrió en la ciudad de Barahona hasta su muerte. Fue el padre de la afamada cantante y folklorista Casandra Damirón de Rivera (1919-1983).

Independientemente de estas observaciones, los dos últimos volúmenes de la Colección Orgullo de Mi País, no difieren calidad y belleza del anterior dedicado a Samaná, y deben interpretarse como una oportuna reivindicación de nuestro «sur remoto», tierra castigada por el candente sol tropical y poblada de cactus y bayahonda, que forman parte de una foresta que se confunde con los imponentes atractivos de Los Patos y la playa de San Rafael. En el ámbito histórico toda esa zona está impregnada de sacrificios y heroísmos desde la época colonial, razón por la que se consigna como homenaje de perpetua recordación el nombre del cacique rebelde Enriquillo el sereno lago que bordea la región; pero también lleva su nombre un importante municipio perteneciente a la provincia de Barahona. En fin estas dos provincias: Barahona y Pedernales comparten vínculos históricos que datan de la época de Nicolás de Ovando.

La aparición de esta nueva Colección con el sugerente título: «Orgullo de Mi Tierra: Descubre República Dominicana», no solo exalta nuestras bellezas naturales, sino también el patrimonio marítimo y su excelente contenido provoca la gratitud hacia sus patrocinados, así como también al competente equipo que ha hecho posible que este proyecto se plasme en una hermosa realidad.

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