LA HABANA (AP).- Cuba atravesó una década de crisis tras la caída de la Unión Soviética, que incluyó la redoblada hostilidad de Estados Unidos, pero ha superado las medidas aperturistas y seguirá ahora por la senda del control estatal, proclamó el sábado el presidente Fidel Castro.

Con un discurso de seis horas, que comenzó la noche del viernes y terminó la madrugada del sábado, Castro clausuró aquí un encuentro de economistas de una treintena de naciones. «Cuba está bien»», dijo Castro a sus interlocutores. «Nos convertimos cada vez en más revolucionarios, hemos logrado muchas cosas, muchos avances»».

Sentado junto a varios miembros de su gabinete en el estrado presidencial, el líder cubano de 78 años recordó los difíciles años posteriores a la caída de la Unión Soviética, a principios de la década pasada.

Sin petróleo, ni alimentos, ni cemento, ni materias primas o siquiera madera para construir ataúdes — elementos todos procedentes de su antiguo aliado comunista– Cuba debió salir adelante sola, entre pronósticos de su inminente caída, expresó el mandatario.

Simultáneamente, Washington endureció su política hacia La Habana, sancionada desde la década de 1960. Castro recordó que por entonces, al borde de la asfixia económica, se vio obligado a tomar medidas aperturistas, permitir la circulación del dólar y crear tiendas para poseedores de divisas.

Con disgusto, Castro reconoció que este esquema había creado desigualdades entre quienes tenían acceso a la divisa estadounidense y quienes no podían obtener esa moneda.

Otros países buscaron soluciones vendiendo sus empresas gubernamentales, dijo, pero Cuba optó por mantenerse al margen de las políticas neoliberales.

«Aquí no se vendió la propiedad del pueblo. Aquí no se privatizó ni un solo hospital, ni la educación, ni los servicios»», dijo el mandatario. Por el contrario «se resistió»» la privatización, agregó.

Mientras América Latina yace endeudada y sin poder salir del callejón de la miseria, agregó el dirigente cubano, la isla apuesta ahora, en mejores condiciones económicas, por retomar el camino del control estatal.

«Es el estado que nace, ave Fénix con alas de largo vuelo»», manifestó el mandatario, quien enumeró los logros de su sistema en áreas como la salud y la educación.

Cuba se encaminará ahora a mejorar las condiciones materiales de vida de su pueblo, en sectores problemáticos como el transporte y las injusticias provocadas por el incipiente aperturismo.

Como un ejemplo de la vuelta de tuerca y su regreso al control, Castro explicó las medidas aprobadas en octubre, que limitan la circulación del dólar y lo sustituye por el peso cubano convertible, una moneda equivalente al dólar, pero emitida por la isla.

«El dólar fue expulsado deshonrosamente»», expresó Castro al indicar que esta decisión significaba para su gobierno retomar la soberanía monetaria.

Paralelamente, Castro apoyó sus planes futuros en el desarrollo de las relaciones con sus dos aliadas políticas del momento: Pekín y Caracas.

«Ha surgido un motor nuevo que se llama China y una revolución bolivariana»», señaló Castro.

En diciembre visitó la isla el presidente del gigante asiático Hu Jintao y unas semanas después le siguió su homólogo venezolano Hugo Chávez. En ambos casos se firmaron extensos acuerdos de cooperación.