Fidel Castro y Cristina Kirchner

<P>Fidel Castro y Cristina Kirchner</P>

El  líder cubano, Fidel Castro, dio un paso al lado al asegurar que no quiere interferir en el trabajo del gobierno de su hermano Raúl, ni con sus opiniones ni con su propia muerte, en un año donde el presidente debe impulsar cambios y celebrar el crucial congreso del Partido Comunista.  «He reducido las Reflexiones  tal como me había propuesto para el presente año, a fin de no interferir ni estorbar a los compañeros del Partido y el Estado en las decisiones constantes que deben tomar», dijo en un comentario publicado ayer.

 LA HABANA. AFP.  El líder cubano, Fidel Castro, dio un paso al lado al asegurar que no quiere interferir en el trabajo del gobierno de su hermano Raúl, ni con sus opiniones ni con su propia muerte, en un año donde el presidente debe impulsar cambios y celebrar el crucial congreso del Partido Comunista.  «He reducido las Reflexiones (artículos de prensa) tal como me había propuesto para el presente año, a fin de no interferir ni estorbar a los compañeros del Partido y el Estado en las decisiones constantes que deben tomar», dijo en un comentario publicado ayer.

 Castro, que lleva dos años y medio alejado del poder por enfermedad, afirmó, tras semanas de rumores de su salud, que está «bien», pero insistió en que ningún dirigente debe «sentirse comprometido» por sus «Reflexiones» ni por una eventual «gravedad» o «muerte».

  Raúl Castro habla de los retos impuestos por la crisis, pero también de corregir errores propios de la administración de la economía, incluyendo el exceso de subsidios y el igualitarismo salarial que rigió por décadas sin tomar en cuenta el rendimiento laboral.

 Desde que en julio de 2006 asumió el mando de forma interina y sobre todo a partir de febrero que tomó la presidencia formalmente, Raúl, de 77 años, emprendió cambios que, según algunas percepciones, van a contrapelo de lo hecho por Fidel.

  «Numerosas absurdidades administrativas, causadas por una excesiva burocratización, empiezan a desaparecer (…) el comunismo deja de ser un objetivo. La realidad y la práctica han demostrado que no funciona. Y el pragmatismo impone una evolución del socialismo cubano», dijo  el periodista franco-español Ignacio Ramonet, amigo de Fidel Castro.

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