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LA HABANA (EFE).- Cuba colocó una enorme valla con imágenes de los prisioneros torturados en Irak frente a la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana, con la que está enfrentado actualmente por unos adornos navideños instalados en su jardín.
En la pancarta cubana, de unos 20 metros de largo, reza el letrero «Fascistas Made in USA» e incluye una esvástica nazi.
La pancarta se encuentra instalada en la acera de la avenida Malecón, justo frente a la oficina de EEUU y a los adornos navideños estadounidenses que las autoridades de la isla calificaron como una «mamarrachada».
Uno de los ornamentos colocados como parte de la decoración navideña en la representación de EEUU, un cartel luminoso con el número 75, parece haber molestado particularmente a las autoridades cubanas.
La cifra del cartel, situado junto a un Papá Noel, un muñeco de nieve y un árbol iluminado, de cara al Malecón habanero, alude al número de opositores que fueron detenidos y condenados a largas penas de cárcel en la primavera de 2003 acusados de conspirar con EEUU para derrocar el Gobierno cubano.
El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, calificó de «mamarrachada» los adornos navideños de la Oficina de Intereses de EEUU.
«Es una mamarrachada de este señor (el jefe de la Oficina de Intereses norteamericana, James Cason) que parece que está desesperado por provocar problemas. Creo que eso no merece más comentarios», dijo Alarcón en breves declaraciones a la prensa extranjera.
El incidente comienza a ser visto como un nuevo motivo de discordia o crisis en las encontradas relaciones que mantienen desde hace más de 40 años los gobiernos de ambos países vecinos.
El martes, Cason convocó a la prensa extranjera y declaró que los ornamentos habían molestado al Gobierno de la isla y que funcionarios de la Cancillería cubana «nos han dicho que habrá consecuencias si no bajamos nuestras decoraciones navideñas, aunque no especificaron de qué tipo».
«Nuestra intención, con espíritu navideño, fue llamar la atención sobre la suerte de los 75. Estamos dispuestos a pagar el precio que sea por las cosas en las que creemos», explicó Cason.
Además, afirmó que «nuestra posición es que nuestras decoraciones navideñas permanecerán allí hasta el fin de las celebraciones navideñas y decidiremos cuando bajarlas».
El diplomático dijo desconocer qué medidas podría tomar el Gobierno de Fidel Castro si no retiran los adornos, y consideró que «nos podrían expulsar, o limitar nuestras actividades, cosa que han estado tratando de hacer desde que estamos aquí».
«El Gobierno tiene muchas opciones, eso depende de ellos, es su decisión. Están diciendo que habrá consecuencias. El tiempo dirá. Nos avisarán pronto», subrayó.
Cuba y EEUU no mantienen relaciones diplomáticas desde 1961, pero desde 1977 funcionan en ambas capitales sendas secciones de intereses al amparo de la embajada de Suiza.
