Fidel declara guerra antiguos artefactos

Fidel declara guerra antiguos artefactos

LA HABANA (AP).- Enfrascado en una campaña para mejorar la eficiencia energética del país, el presidente Fidel Castro encabezó una insólita exhibición de extraños artefactos eléctricos artesanales de alto consumo y que su gobierno pretende erradicar de los hogares.

Castro hizo un alto en su comparecencia televisiva en la noche del jueves para mostrar personalmente la colección de electrodomésticos de consumo recolectados en casas cubanas.

«Son devoradores de electricidad», dijo Castro.

Entre los ventiladores, por ejemplo, uno fue construido con un motor de lavadora rusa y un pie de disco de freno de un auto marca Lada, con un consumo de 60,60 vatios por hora.

Una extraña cocina eléctrica de materiales poco apropiados demandaba 1.600 vatios por hora.

En medio de bromas, el mandatario dio paso a refrigeradores antiguos, sin termostatos, ni juntas protectoras, de marcas estadounidenses anteriores a 1959 como Westinghouse y Frigidare, con un consumo de unos 100 vatios por hora.

«Con lo que gasta…se puede comprar materia prima para 25.000 huevos al año», exclamó Castro, micrófono en mano mientras abría y cerraba la puerta del artefacto.

El plan del mandatario es sustituir estos electrodomésticos por nuevos. Por lo pronto anunció la entrega subvencionada de ollas arroceras y cocinas eléctricas, instalación de bombillos ahorradores y la venta de ventiladores.

Castro se mostró molesto pues estas «artesanías» son el «embrión» del capitalismo, pues ofrece provecho a habilidosos cuentapropistas y favorece el robo de cables o motores, según dijo.

Fuertemente subsidiada, la electricidad es un sector clave en la isla, carente de fuentes de combustibles y con alta demanda debido al intenso calor que la afecta.

En la población la idea de recibir electrodomésticos y otras medidas también anunciadas como aumentos de sueldos, cayó bien.

«Estoy muy contenta que se hayan acordado de nosotros», dijo a la AP Coralia Bauta Ojito, una trabajadora comunal de La Habana Vieja.

Pero, para otros, Castro omitió mencionar porqué se inventaron estos «frankestein» como se llaman popularmente a los aparatos artesanales: la necesidad frente a la crisis de los 90 o antes, cuando el Estado no vendía estos productos a la población y los proveía sólo a ciertos trabajadores.

La isla tiene una capacidad instalada de 3.200 megavatios.

Aunque en años recientes el comportamiento del sector fue tenso pero estable, en 2004 una crisis energética con apagones puso en jaque al gobierno sometido a críticas populares.

En los primeros meses del 2005 la situación se fue normalizando.

«La situación es compleja, no vamos a tener para satisfacer toda la demanda», dijo ahora la nueva ministra del rubro, Yadira García quien espera llegar al problemático verano «en mejores circunstancias».

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