Fidel Mejía: su memorable discurso en los XIII Juegos Nacionales de Monte Plata

Fidel Mejía: su memorable discurso en los XIII Juegos Nacionales de Monte Plata

La muerte de un hombre honesto, brillante y decente, siempre será una pérdida irrecuperable y dolorosa para la nación y los conciudadanos que tuvieron la dicha de conocerlo y disfrutar de sus aportes, bonhomía y ejemplar conducta. Esos nobles atributos adornaron a plenitud la útil existencia de Fidel Mejía, un gran dominicano ido a destiempo que supo ganarse el respeto y la admiración de todos.
Cuando parecía que contaba con un buen estado de salud, en los últimos meses le sorprendió una grave enfermedad que lamentablemente no pudo superar; falleciendo el pasado jueves. La triste noticia causó un hondo pesar colectivo.
Si bien brilló con luz propia en dos de las actividades humanas más nobles y trascendentes: la medicina y el deporte, donde recibió importantes reconocimientos, se caracterizó por llevar una vida sencilla, sin aspavientos materiales, sino dando servicios a la comunidad y prestigiando el nombre de su patria en competiciones internacionales.
Durante más de tres lustros fue integrante de la Selección Nacional de Béisbol, sobresaliendo por su consistencia y excepcional defensa en el campocorto. Mientras jugaba para el fuerte equipo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, desechó varias ofertas tentadoras de firma para ingresar al Béisbol Profesional Organizado de los Estados Unidos, pues desde muy joven había decidido hacerse médico para servirle a sus congéneres, siempre cumpliendo al pie de la letra con el juramento hipocrático.
En su colección de logros deportivos, se destaca cuando fue escogido en el equipo Todos Estrellas en los Juegos Panamericanos que tuvieron efecto en la ciudad México en 1975, así como sus estelares actuaciones para contribuir a muchos de los éxitos del equipo quisqueyano en eventos zonales, continentales y mundiales.
Tras su retiro como jugador activo, fue exaltado merecidamente como Inmortal del Deporte Dominicano en el ceremonial del Pabellón de la Fama celebrado en el año 1999.
Llama poderosamente la atención, cómo él pudo también ejercer la carrera de medicina con tanta devoción en la especialidad de ortopedia y liderar su clase, desde la presidencia de la Asociación Médica Dominicana, donde obtuvo importantes conquistas para el sector.
Para hablar sobre su fructífera existencia y hoja de servicios, se requerirían muchísimas cuartillas, por lo que queremos rememorar un hecho protagonizado por Mejía, que está relacionado con el título de la entrega de hoy.
El hecho ocurrió el 17 de febrero del año 2006, durante el acto inaugural de los XIII Juegos Deportivos Nacionales de Monte Plata en un escenario esplendoroso y masivo, el doctor Fidel Mejía, en su condición de Presidente del Comité Organizador del magno evento, pronunció un discurso de ribetes históricos.
Al volver el PLD al poder para el periodo 2004-2008, había encontrado un Comité Organizador, nombrado por el Gobierno del agrónomo Hipólito Mejía, el cual estaba encabezado por el inmortal y prestigioso profesional de la medicina. Al frente de la entonces SEDEFIR, estaba el popular exbaloncetista Felipe (Jey) Payano, y quien suscribe ostentaba el cargo de Subsecretario Técnico de la cartera y Primer Vice-Presidente del Comité Organizador.
Por recomendación, el nuevo gobierno de Leonel Fernández, emitió un decreto, modificando el Comité Organizador, pero las autoridades de SEDEFIR, no tocaron a Fidel, por respeto a su ejemplar figura, su condición de inmortal y don de gentes, aunque a muy pocos por lo bajo no les faltó la intención de querer sustituirlo por su alegada condición de perredeísta, una militancia que jamás exhibió como elemento de confrontación.
Su discurso ante la presencia del entonces Jefe del Estado, fue una brillante pieza conceptual, de equilibrio emocional, de exaltación de los valores del deporte, de reconocimiento al Gobierno de turno por el complejo de infraestructuras y de estímulo a la juventud atlética congregada allí.
Cerró su alocución con las siguientes palabras: “!Que viva la República Dominicana, que viva este encuentro de ganadores, arriba el país!”.

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