LA HABANA (AFP).- Extasiado por la medalla de plata de Cuba en el Clásico Mundial de Béisbol, Fidel Castro afirma que su revolución le está ganando el partido a Estados Unidos: “jonrón” al embargo económico, al exilio en Miami y al plan de transición política en la isla.

Ataviado con su uniforme de combate verde oliva, Castro renovó su diatriba ideológica contra Washington, esta vez plagada de términos beisboleros, la noche del lunes en el multitudinario acto de recibimiento de la selección que regresó de San Diego (California), completa y con el subcampeonato.

Aunque varias veces en el discurso dijo no querer “hacer política con el deporte”, el casi octogenario líder de la revolución cubana no resistió a la tentación de pasar la cuenta.

“Es como dejar al campo al enemigo, en este caso, en el deporte al adversario, pero podemos decirle a ese poderosísimo imperio que ya se jugó el noveno inning”, ilustró.

Y añadió: “tenemos unas cuantas carreras de ventaja y somos home club, quiere decir que podemos responder al oprobioso bloqueo (embargo), a las amenazas del imperio”.

Cuba estuvo a punto de no asistir al Clásico debido a las leyes del embargo que mantiene Estados Unidos sobre la isla desde hace 45 años, pero la decisión del gobierno de La Habana de renunciar a todo dinero recaudado y donarlo para las víctimas del huracán Katrina, y la presión internacional le abrió las puertas a la competición.