Fidelio Despradel – Elecciones y bloque de poder

Fidelio Despradel – Elecciones y bloque de poder

Prometí tres artículos sobre las elecciones. He aquí el primero: «Elecciones y Bloque de Poder». De nuevo el pueblo dominicano es convocado a ejercer un derecho fundamental: decidir quiénes lo van a gobernar los próximos cuatro años. La Conferencia del episcopado plantea hoy (martes): «Hagamos unas elecciones intachables». La intención puede ser muy buena, pero es claro que esta declaración, tan significativa, se inscribe en la lógica que se nos ha impuesto en las últimas décadas.

Enlistar los factores adversos que caracterizan esta y anteriores elecciones, al margen de la intención de los obispos y de alguno que otro miembro de esta sociedad, es «llover sobre mojado». ¡Tratemos pues de analizar el proceso electoral, buscando una luz en el horizonte! ¡Esa es la actitud positiva!

Esta nueva convocatoria se realiza en un momento crucial para la Nación Dominicana: Nunca, desde 1961, habían los dominicanos y dominicanas vivido una crisis tan profunda. El modelo impuesto al país después de los promisorios pujos de los cinco primeros años vividos desde el ajusticiamiento de Trujillo (1961-1965), atraviesa hoy por una crisis profunda que ha precipitado a la Nación y al verdadero pueblo en el abismo en que hoy nos encontramos.

Es claro que cuando digo modelo me refiero a la forma como funciona la economía, ¿Qué relación existe entre sus distintos componentes?, ¿Qué sectores prevalecen sobre los otros?, ¿Qué sector o sectores mandan y dictan las leyes y las reglas?, ¿Cómo se reparte la Renta Nacional?, ¿Qué parte se apropia cada sector?, ¿Quiénes se quedan con la parte del león y quiénes con las migajas?, ¿Cómo y en qué proporción se reinvierte esa Renta Nacional?, ¿Quiénes pagan los impuestos?, ¿Cuánto recibe el gobierno en impuestos directos sobre la renta de los individuos?, y, finalmente: ¿Qué relación tenemos con el imperio americano y demás potencias de «La triada»?

Insisto: ¡Es claro que ese modelo está en crisis!

La convocatoria a elecciones se realiza, además, en una situación internacional caracterizada por la puesta en marcha de la estrategia de «guerra preventiva» (con la excusa de lucha contra el terrorismo) del imperio, con todas las secuelas de dicha estrategia en nuestros países, por una crisis económica internacional que no acaba de ser superada (una «onda larga recesiva» del sistema), por el incremento de la resistencia de los pueblos a la política que los ahoga y por un empantanamiento de los norteamericanos en Irak y en toda la región, donde el pueblo ha iniciado, con éxito, una guerra de liberación, que amenaza con incendiar la región y repetir, amplificada, la derrota histórica de los norteamericanos en Viet-Nam.

Las otras dos características de la situación dentro de la que se realizan las próximas elecciones son: una crisis moral y política de los tres partidos que monopolizan la vía política y una gran crisis de alternativas en el pueblo y las fuerzas progresistas. ¡El pueblo dominicano no sabe hacia donde va!

Ante esta crítica y compleja situación, los norteamericanos y los sectores dominantes dentro del Bloque de Poder están completamente unidos en dos cosas: No tocar la esencia dependiente del modelo y cargar la crisis sobre el pueblo, las clases medias y los productores nacionales; y recomponer su dominio culminando el conjunto de reformas (contrarreformas) que iniciaron desde la década de los 90s, persuadiendo al pueblo y las clases medias a que acepten, como «normal», que se apriete aun más el nudo que tienen sobre nuestras gargantas: ¡Todos tenemos que sacrificarnos!, dicen ellos.

O sea, en este proceso electoral no se ha cuestionado que los yanquis quieran terminar de ahogar al país, no se ha dicho nada del pactado TLC, nada sobre el ALCA, nada sobre la vergonzante política de seguir doblando la cerviz ante los yanquis en Irak, ante Cuba y ante Venezuela. Ninguno de los tres candidatos «grandes» se refieren a estos temas. Ninguno habla de cambiar el sistema de impuestos, hacia un sistema de impuestos «directos». O sea: ¡Que los dueños del país sigan sin pagar impuestos! Incluso, esos «dueños» quieren que lo de los impuestos se decida antes de las elecciones, para «que no haya problemas».

No hay fisuras ni contradicciones importantes entre los dueños del país y los norteamericanos en lo referente a: ¡Salvar el Modelo! El mismo modelo que empuja al país (productores nacionales, clases medias y sectores populares) hacia el abismo. ¡Claro que se preocupan por «los candidatos»! ¡Claro que cada grupo tiene sus preferencias! ¡Claro que quieren «Unas elecciones intachables», como pide el Episcopado! Lo central es que ellos saben que no hay, todavía, un cuestionamiento al modelo. Y trabajan para torpedear cualquier esfuerzo en dirección de que el pueblo construya una alternativa, en dirección de: ¡Cambiar el Rumbo del país! Continúo en los próximos dos artículos.

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