Fidelio Despradel – Proyección de una consigna

Fidelio Despradel – Proyección de una consigna

El doctor Leonel Fernández es el nuevo presidente. Solo el profesor Bosch, en 1962, recibió una proporción tan grande de votos. No me sorprendió la recuperación de la votación del PRD (35%), pero pensaba que íbamos a tener una segunda vuelta, en función de la votación del PRSC. Menos del 10% es un desastre para un partido que muestra graves fisuras en sus cuadros dirigentes y medios. Con el socavamiento de los restos de la parcela del doctor Balaguer desde las altas esferas del gobierno, es casi seguro que los dueños de la República Dominicana van a perder el cómodo tripartidismo que tan buenos beneficios le ha brindado desde principios de la década de los 80s.

«(E pa fuera que van!», ha resultado lo nuevo en estas votaciones. Quien piense que es una consigna electoral está equivocado. Creo que ha habido un cambio cualitativo en la actitud y cultura política de una parte del pueblo dominicano. (E pa fuera que van! es la expresión de una nueva actitud de una parte de los y las dominicanas. La gente lo «siente», lo percibe, no solo como un castigo sino como una expresión de su poder. Es posible que de ahora en adelante, esa conciencia de fuerza y de poder pueda expresarse cada vez con más frecuencia, cuando la gente se sintonice con objetivos y luchas concretas por sus demandas más sentidas. En este sentido, siento una gran alegría por lo que ha pasado. Es promisorio. Podría posibilitar la construcción de alternativas.

Aquellos y aquellas que nos asumismos como militantes revolucionarios, aquellos y aquellas que hemos venido luchando por abrir caminos para ir construyendo los ejes sobre los cuales pueda construirse una Alternativa, que pueda (Cambiar el Rumbo del País!, debemos pensar muy bien cómo vamos a actuar a partir de estas últimas lecciones aportadas por el pueblo dominicano.

La gente castigó al gobierno del ingeniero Hipólito Mejía; lo sacó del poder a través de una acción contundente, expresada en la consigna: (E pa fuera que van! La inmensa alegría expresada en el rostro de las gentes expresa que están muy conformes con haber castigado, y sacado del poder, al pasado gobernante. Pero una parte importante de esa gente ha experimentado un salto en su conciencia y están a la expectativa sobre lo que va a pasar, a partir del 16 de agosto.

La actitud del presidente Hipólito Mejía al reconocer, tempranamente, el triunfo del doctor Fernández, y la reacción de este, dejan ver bien claro que habrá una colaboración durante el período de transición. Es posible, que a pesar de las inmensas presiones, incluyendo precios del petróleo que sobrepasan los 41 dólares y un empantanamiento yanqui en Irak, el país pueda llegar al 16 de agosto sin un descalabro de los precarios equilibrios presentes hoy en día.

Pero lo central es lo que planteaba en mis tres artículos anteriores a la elecciones: la crisis actual es consecuencia del modelo económico que le ha impuesto al país el bloque dominante y es ese modelo el que está en crisis. Ante ello, dicho bloque dominante va a actuar, a partir de ahora, en dirección de hacer cargar dicha crisis sobre la mayoría del pueblo y sobre la soberanía de la nación. Más impuestos indirectos (o sea, que los dueños no paguen impuestos); más privatizaciones y entrega de nuestras riquezas al capital financiero internacional; en particular, privatización de las aguas (presas, canales de riego, e incluso, las mismas fuentes del agua -las montañas-), privatización de las mejores playas, del Banco de Reservas, de la parte del Estado en las empresas «capitalizadas» por el pasado gobierno del doctor Fernández. Adelante con la ley de destruir las áreas protegidas.

En esta dirección es que el bloque dominante quiere precipitar el país de todos los dominicanos y dominicanas. Y por esta dirección: habrá más hambre, menos soberanía y más dependencia del voraz capital financiero internacional y los dueños locales del país.

Estos son tan solo algunos de los escenarios de las batallas por venir. Los dominicanos y dominicanas más avanzadas tenemos que decidir, desde ahora, si esos escenarios y batallas servirán para que la consigna (E pa fuera que van! se constituya en el pivote de un salto en la conciencia, que refuerce los esfuerzos por construir una alternativa a este desastre, o si, por el contrario, con la inmensa capacidad de manipulación de los dueños del país y las debilidades del movimiento progresista, el país logra ser encaminado por la senda de «una recuperación» pagada en su totalidad con las penurias de las grandes mayorías, con el debilitamiento del aparato productivo nacional y con una perdida significativa de los restos de soberanía que todavía conserva la Nación.

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