Fidencio Alberto Vásquez Caamaño fue un ser humano no común. Falleció el viernes 24 del mes de abril del año 2009, en esta ciudad de Santo Domingo. Sus restos fueron trasladados e inhumados el domingo 26 a las 11.00 A. M., en el cementerio municipal de su natal y querido San Juan de la Maguana, en una ceremonia tal como él vivió, revestida de sobriedad y frugalidad.

En su quehacer a su paso por este mundo, tanto en su vida privada como pública sentó cátedra entre sus congéneres.

Familiar ejemplar. Amigo de sus amigos. De proceder discreto y reservado. No conoció de jactancia ni altanería.

Académico, profesor de larga data. En sus años mozos connotado, disciplinado y activo atleta. Fue un digno y meritorio servidor público. Responsable, exigente y honesto consigo mismo y frente a los demás en el más amplio sentido que encierran esas palabras.

Su cabal conducta fue puesta a prueba en el período 1982-1986 del gobierno que encabezara el Dr. Salvador Jorge Blanco, en el que les fueron confiadas entre otras, las delicadas funciones de la deseada de Director Nacional de Presupuesto y la muy ambicionada Dirección General de Aduanas.

De ambas emergió indemne y sin mácula, porque se comportó con el más estricto apego a la ética y pulcritud que requieren y exigen la administración de los bienes ajenos, como lo es el patrimonio público.

Como en los buenos dominicanos, el sentimiento patriótico no fue ajeno a su Ser. En la Revolución de Abril del 65, cuando la Patria fue mancillada, en defensa de su honor acudió a su llamado con el coraje y la valentía que lo caracterizaba cerrando en la avanzada, filas al lado del líder de esa gesta, su primo  el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Lo rasgos inherentes a su personalidad se aunaban en virtudes excepcionales traducidas en dos palabras que nunca ofenden: la humildad y la sencillez.

Así era Fidencio Alberto Vásquez Caamaño. Gracias del alma por la ofrenda de tu ejemplo.

Por siempre descansa en paz. QUERIDO AMIGO.