La Fundación Corripio, fiel a su compromiso de estimular los mejores valores, ha otorgado sus premios de este año a personalidades e instituciones que desde sus distintas ocupaciones han contribuido al engrandecimiento del país. Se trata de Sur Futuro, en la persona de su presidenta, Melba de Grullón, en Ciencias Sociales Categoría Ecología; en Ciencias Naturales y de Salud, Categoría Medicina, el Instituto Dermatológico y Cirugía de Piel Doctor Huberto Bogaert Díaz; el veterano actor Salvador Pérez Martínez, en Arte, Categoría Actuación Teatral; nuestra periodista Angela Peña, en Comunicación, Categoría Investigación, por sus más de 30 años haciendo periodismo histórico, y el Premio de la Familia Corripio Alonso es para Centro Sopeña, de la Fundación P. José Antonio Esquivel, S. J., de la Parroquia Santísima Trinidad, por su gran compromiso en la formación de los jóvenes.
Se trata de personalidades e instituciones de las que el país se siente orgulloso, por los aportes de cada uno. Angela Peña, que trabaja para este periódico, ha acumulado altos méritos en su ejercicio periodístico y se ha destacado como investigadora especializada en asuntos históricos y culturales del país. Sus reportajes representan una compilación de testimonios captados en diversas fuentes por medio de entrevistas e investigación. Los premios serán entregados el 18 de este mes, en el Teatro Nacional. Honores a quienes merecen.

BN: una muestra de clientelismo

Los partidos políticos han convertido el empleo en la administración pública en una herramienta de clientelismo descontrolado. La sobrecarga de las nóminas de las instituciones públicas representa una altísima proporción de un gasto público que, por su cuantía, limita la capacidad financiera del Estado y lo empuja al endeudamiento recurrente para cubrir déficit de presupuesto.
Basta como botón de muestra la Dirección General de Bienes Nacionales, que tiene 38 subdirectores que al año ganan en conjunto RD$48,843,600. Esa misma dependencia tiene una nómina de 874 empleados, de los cuales 299 están bajo contrato. Y este es solo un ejemplo. El Gobierno, que predica transparencia como línea de conducta, y aspira a recaudar más, debería empezar a practicar el discurso.