Fieles piden ayuda a Dios para superar el miedo luego de masacre en cine de Aurora

Fieles piden ayuda a Dios para superar el miedo luego de masacre en cine de Aurora

AURORA, EEUU. AFP.  Fieles de todas las denominaciones buscaron respuestas el domingo y pidieron ayuda a Dios para vencer el miedo, dos días después de la tragedia en un  cine donde se estrenaba Batman que estremeció a la serena comunidad de Aurora, en Colorado (oeste de EEUU).  

«Una de las grandes preguntas tras lo ocurrido es cómo manejamos el miedo», dijo a AFP el pastor Mitch Hamilton, tras conducir un servicio bautista en la iglesia Mississippi Avenue Baptist Church, cerca del cine donde en la medianoche del viernes un joven inició un tiroteo que acabó con la vida de 12 personas e hirió a 58.  

«Mi respuesta es que hay que volverse hacia Dios. No se puede pasar por esto solo. Dios te dice ‘Nunca te abandonaré'», añadió el reverendo, quien durante el servicio para unos 300 fieles agradeció a los socorristas y la policía por evitar un mal mayor.  

Preguntas. «¿Cómo podemos superar esto? ¿Cómo ir a trabajar? ¿Cómo dar un paso adelante? La respuesta es Cristo», decía Hamilton en la iglesia.  

Pero Dios no parecía estar en el estreno de la última entrega de Batman, «The Dark Knight Rises», cuando un hombre identificado luego como James Holmes abrió fuego y mató a 12 personas, entre ellas una niña de seis años.  

«Eso es lo que parece», respondió Hamilton. «Dios nunca prometió que nos protegería de esta clase de cosas. Lo que promete es que, cuando estas cosas ocurren, él caminará con nosotros».   «Es lo que la gente necesita escuchar», dijo uno de los fieles, Terry Barta, un camionero de 50 años, cuando terminó el servicio. 

Otros acusan. A pocos metros, una iglesia católica también buscaba ayudar a los religiosos a lidiar con la tragedia y su sacerdote, Mauricio Bermúdez, acusó durante la misa a la industria del entretenimiento.   «Hoy en día vivimos en una cultura que promueve la violencia. Sólo miren los videojuegos, las películas, la televisión, los comerciales.

Y la pregunta es en qué clase de gente nos estamos convirtiendo».   Luego leyó Jeremías 23:1-6, sobre la furia de Dios: «Los pastores que dispersan el rebaño de mis praderas (…) se llevaron ovejas. Pero yo me ocuparé de castigar sus malas acciones».  

«Dios es el pastor y no hay nada de qué tener miedo», continuó en su sermón en la iglesia católica Queen of Peace, llena de unos 500 fieles.   Otros templos de Aurora, un suburbio de Denver, mostraban carteles que recordaban a las víctimas e invitaban a los fieles a rezar.  

Religiosos unidos por el dolor. En la noche del domingo, todas las denominaciones religiosas se unirán a escépticos y ateos en una vigilia frente a la alcaldía de Aurora, que -incidencialmente o tal vez no- queda sólo 35 km de Columbine, escenario en 1999 de una terrible masacre en una escuela donde murieron 13 personas.  

Estos brutales ataques de Colorado se unen a una infeliz lista de sucesos similares en Estados Unidos.   Los más notorios han sido masacre de la universidad Virginia Tech en 2007, cuando un hombre mató a 32 personas; la de la base militar Fort Hood en Texas en 2009, donde murieron 13 personas y el tiroteo de Tucson en 2011, que hirió a la congresista Gabrielle Giffords y mató a seis personas.  

El padre Bermúdez, mexicano, contó en su sermón que iba a asistir a la función donde ocurrió la masacre con unos 10 niños, pero olvidó comprar las entradas con anticipación y terminaron yendo a otro cine.  

¿Su descuido salvó la vida de esos niños? «Esta vez Dios quiso algo diferente para nosotros», dijo el padre a la AFP. «Hay que confiar en Dios».  

Consternación. Para los habitantes de Aurora, la tragedia fue terriblemente cercana. Alfonso Valdés, un hombre de 66 años que usaba una andadera para caminar, lloraba y se restregaba los ojos mientras contaba: «El padre de una de las personas que murió va al gimnasio conmigo. Su hijo murió.

Tengo el pecho muy pesado».   Por eso, según el pastor bautista Allie McNider, su iglesia ha tenido un inusual número de concurrentes desde el viernes. 

Los no religiosos también «están buscando un lugar donde ir adonde puedan sentir que hay esperanza», dijo a AFP. «Estamos viendo a mucha gente que no viene normalmente».  

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