Fiesta de la Altagracia

Fiesta de la Altagracia

POR LEONOR ASILIS
Los dominicanos somos devotos a esta bella advocación que en 1505 hizo su milagrosa aparición en Higüey y confiamos fervorosamente en su intercesión y protección para esta Patria que la ha escogido como Reina de su corazón.

Su imagen está presente en muchos de nuestros hogares e incluso la llevamos con nosotros, manifestando físicamente lo inseparable que está de nuestras almas.

De hecho, es una imagen completa donde en un primer plano aparece Ella, María,  la llena de gracia mostrándonos  en adoración a su Hijo Jesús, nuestro Salvador recién nacido, y más atrás, su esposo y padre adoptivo de Jesús, San José.

Es la Sagrada Familia. Cada detalle encierra un profundo significado. La corona sobre la Virgen tiene doce estrellas que simbolizan las doce tribus de Israel, y también los doce apóstoles de Jesús.

 Las estrellitas de su manto reflejan la alta gracia de María, de ser la Madre de Dios, reina de la Iglesia y del cielo.

Sus colores, los mismos de nuestra bandera. Bandera que encierra el escudo glorioso que nos indica el bello lema que nos levanta el corazón a Dios.

Como bien relacionaba en uno de sus escritos el inolvidable Padre Euribiades Concepción Reynoso al decir estas palabras: El año termina con María dando a luz  y comienza con la virgen apareciendo en los naranjales del Este en actitud de adoración y protección al Niño, cinco días antes del nacimiento de Juan Pablo Duarte. Jesús, Nuestra Señora, la Patria.

Virgen queridísima de la Altagracia: Hoy, como ayer, te entregamos nuestros destinos personales y como nación para que intercedas ante Jesús, como hiciste en las Bodas de Cana por todo lo que nos falta y lo que nos afecta, entre los males señalados por nuestros Obispos en su Carta Pastoral (la corrupción, el clientelismo político, el populismo, las injusticias, consumo y tráfico de drogas, la violencia , la delincuencia entre otros) Pero también, Madre, te presentamos la bondad de este pueblo tan especial que a pesar del cúmulo de vicisitudes que ha pasado, no ha vacilado nunca en la fe en Dios que se hizo cercano a nosotros a través de ti, al encarnarse en Jesús, fruto bendito  de tu vientre , que  te hace ser la debilidad de Dios y cuyo amor filial te hemos entregado haciéndote nuestra Madre.

Te queremos decir, Virgencita de la Altagracia, que lo extraordinario  de nuestra devoción a ti y a tu intercesión es que lejos de escasearse, como muchas veces disminuyen nuestros recursos en nuestros días, nuestra devoción, crece y se expande más allá de nuestros horizontes. Gracias por tu amor e intercesión por el bien de nuestras vidas.

Leonor.asilis@gmail.com

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