Ya pasó la fecha de su fiesta (22 de julio), aniversario que nos anima a meditar sobre su vida y gran conversión.
Su testimonio se menciona en los Evangelios del Nuevo Testamento, específicamente en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y aunque no se le atribuye un papel central en el ministerio de Jesús como los apóstoles, pero su presencia es destacada y su transformación de vida es una bella muestra de la misericordia y del amor de Dios.
Veamos su arrepentimiento y perdón: María Magdalena es conocida por ser una mujer de la cual salieron 7 demonios. (Lc 8,2)
A través de su experiencia vemos la importancia de reconocer nuestros errores, arrepentirnos sinceramente y acercarnos a Dios en busca de perdón y sanación.
Santa María Magdalena fue la primera testigo de la resurrección de Jesús. Después de visitar la tumba de Jesús y encontrarla vacía, se encontró con el Resucitado y recibió el encargo de llevar la noticia a los discípulos. Esta experiencia la convirtió en una figura clave en la proclamación de la resurrección y la fe en Cristo vivo.
La presencia y el papel de María Magdalena en los Evangelios destacan la importancia de las mujeres en el ministerio y la propagación del Evangelio. La Iglesia valora el papel de las mujeres como discípulas y testigos de la fe.
La devoción especial a María Magdalena a lo largo de los siglos por su vida de santidad y fidelidad a Jesús es ejemplo de cómo una persona puede ser transformada por el encuentro con Cristo y vivir una vida de santidad.
Santa María Magdalena fue una discípula cercana a Jesús durante su ministerio y fue testigo de muchos milagros y enseñanzas. Su compromiso y amor por Jesús son un modelo para todos los que deseamos seguir a Cristo de cerca.
La gran importancia de María Magdalena en la historia cristiana y su relevancia como modelo de conversión, arrepentimiento y compromiso con Cristo radica en que basta conocer a Jesús para dejarnos amar y transformar por El.