Fiesta literaria mundial
para Mario Vargas Llosa

Fiesta literaria mundial<BR>para Mario Vargas Llosa

REIMS, Francia, (AFP) – El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa ha dejado su soledad creativa por unos días para prestarse al juego de los homenajes y recibir  un nuevo doctorado Honoris Causa, esta vez de la Universidad de Reims, en tierras de la Champagne francesa. 

A los 71 años respira alegría de vivir, se siente estimulado, sus amigos profesores en las facultades de letras hispanoamericanas del mundo entero, muchos de ellos ahora en Reims, festejan sus novelas y su «ciencia literaria» con sesudos y amenos análisis.

  «Para cualquier escritor es muy halagador saber que lo estudian, lo leen, es muy estimulante. Lo importante es que un escritor no se envanezca, porque si se envanece y comienza a mirarse en el espejo y a sentirse grande, eso tiene siempre efectos catastróficos para el trabajo creador», dice Vargas Llosa.

  «La vanidad es una enfermedad extendida entre los escritores. Creo que a mí lo que me ha salvado de ensoberbecerme es que a lo largo de mi carrera a la vez que muchos halagos he recibido y recibo siempre muchas críticas», confiesa.   «Hay críticas inspiradas en la mala fe, en la envidia, en el resentimiento, injurias… pero las recibo con espíritu deportivo, muchas veces las críticas son iluminadoras, lo obligan a uno a repensar lo que hace, lo que cree, y algunas enriquecen el conocimiento».

  Vargas Llosa, además de novelista, dramaturgo y ensayista se considera periodista. En una pausa del simposio su obra -«aprendo mucho sobre mis demonios»- acepta hablar con el reportero de la AFP acerca de su manera de trabajar. También opinará sobre el futuro de América Latina.

  «Hago ejercicios en la mañana, mi jornada comienza temprano. Camino una hora, que es cuando empiezo a trabajar, todos los días del año, donde esté, y esa hora caminando es muy buena porque me permite organizar el trabajo del día, lo que voy a hacer».

   «Luego leo siempre periódicos antes de escribir, para mí ésa es una adicción. Desayuno. Ducha. Y luego al escritorio, trabajo hasta las dos de la tarde, siempre en la casa, son las horas más creativas para mí».

  «Por las tardes me gusta trabajar en un café, si estoy en París, en Madrid.. o si estoy haciendo una investigación en las tardes trabajo en bibliotecas».

  «Trabajo donde estoy: vivo entre París, Londres, Madrid y Lima. Principalmente este último año entre Madrid y Lima, pero con temporadas también en París y Londres; los horarios no cambian, puede cambiar el escenario… en Londres como no hay cafés siempre voy a trabajar a una biblioteca, puede ser en la British Library o en en una privada, la London Library».  

«Me gustan las bibliotecas, leo, escribo, tomo notas, corrijo, investigo, y siempre en el día, en las noche no escribo, las noches son para los amigos, para ir al cine, al teatro».

  «De lunes a sábado siempre trabajo en mis libros, la ficción.. o a veces en un ensayo, los domingos los dedico al periodismo, a los artículos.

DESCUBRIR AMÉRICA LATINA

   «Descubrir América Latina en los años 60 en Europa, en París, fue algo muy importante para mí y para muchos escritores jóvenes latinoamericanos; hasta entonces sólo me sentía un peruano que leía a franceses, a norteamericanos, a ingleses».  

«Descubrí que había una literatura rica, nueva, y además que formaba parte de toda una comunidad que tenía denominadores comunes: el idioma, la Historia, los problemas, los ideales, eso fue enormemente enriquecedor, alguna vez lo conversé con Julio Cortázar, de quien fui muy amigo en los años sesenta».

  Se enorgullece contando que en 1959 fue casi miembro fundador de la oficina latinoamericana de la Agencia France-Presse, combinando la redacción de «La ciudad y los perros», su primera novela, con el trabajo de editor de noticias en el «desk» o «mesa» de París.

   «Terminé en el año 61 mi primera novela la Ciudad y los perros en París cuando trabajaba en France Presse e inicié la Casa verde, la segunda, también cuando estaba en la agencia, tengo un recuerdo magnífico de la France Presse, allí éramos un grupo de periodistas latinoamericanos y españoles».  

«Recuerdo a Javier Domingo, muy conocido como crítico gastronómico, después cuando me fui del desk me reemplazó alguien que luego tuvo un papel muy importante en el periodismo en España, Juan Luis Cebrián, él me reemplazó cuando me fui a trabajar a la radio-televisión francesa».

  «El grupo que creó Diario 16, un grupo de periodistas españoles que estaban, algunos voluntariamente y otros por razones políticas, en el exilio…trabajaron en France Prese. Gente como Enrique Maza, Miguel de Salavera, y el escritor peruano Luis Loaiza, con él conseguimos que Julio Ramón Ribeyro, otro importante escritor peruano, entrara a la AFP».

AFIRMACION DEMOCRÁTICA

   «Puedo decirle lo que me gustaría que ocurriera en América Latina: me gustaría que el proceso de democratización que han vivido muchos países latinoamericanos se afirmara, se consolidara, hasta volverse irreversible, que no volviera la época terrible de las dictaduras, del terrorismo, de las guerras civiles».

   «Pero el proceso de democratización de América Latina está amenazado fundamentalmente por (Hugo) Chávez, que ha vuelto a darle a toda la utopía revolucionaria, marxista-leninista, una gran dinámica porque la está apoyando con los petro-dólares».

  «Y de una manera que consigue en muchos casos desestabilizar, la influencia que tiene en países como Bolivia, o Ecuador, creo que en última instancia es muy peligrosa porque puede contribuir al desplome de las democracias, que son muy frágiles en América Latina»  

«Lo que representa Chávez ha sido derrotado electoralmente en el Perú y en México… Hay una izquierda democrática en América La tina que está en el poder, es la que representan Lula en Brasil, Tabaré Vásquez en Uruguay o Bachelet en Chile, esa izquierda, bienvenida.

El camino representado por Cuba ya sabemos que no lleva ni a la prosperidad, ni a la modernidad».   A una periodista de la televisión francesa que le pregunta si ha escrito poesías le dice que sí, pero que jamás las muestra.

 «En poesía, como dice Borges, sólo se admite la excelencia, lo que no es muy bueno en poesía es muy malo; la novela es un género más humano en ese sentido, hay toda una gradación entre la excelencia y el fracaso total», afirma.

  Luego hace un gesto de mal agüero y ceño fruncido cuando le mencionan el Premio Nobel: «un escritor no debe hablar del Nobel, es malo para la prosa…»

  Con algo de dandy, el escritor se aleja acompañado de una bella lectora que le pide una dedicatoria en la primera página de «La fiesta del chivo».

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