POR NELLY RAMÍREZ
Desde la entrada a la exclusiva residencia de la embajadora de España, se percibía un ambiente festivo; se trataba de la celebración de la Fiesta Nacional de España, actividad a la que se dieron cita centenares de personas, dominicanas y españolas.

Una diversidad de automóviles esperaban para entrar y ya dentro eran guiados por un personal asignado para parcar. Posteriormente, en la entrada al lobby, los invitados –en hilera- aguardaban para recibir la bienvenida de la anfitriona, María Jesús Figa Lopez-Palop y su esposo José María Alfina y demás personalidades que integraban la fila de recibo.

A la usanza española, con dos besos, uno en cada mejilla, fueron entrando uno a uno los invitados.

Luego de recibir los saludos podían desplazarse por los distintos salones y espacios de la residencia: área de la piscina, jardín, patio y otros espacios habilitados para la ocasión adornados con motivos propios de esta fiesta.

Terminado el acto de recibimiento –por más de una hora- la embajadora inició formalmente la ceremonia, primero con las palabras de bienvenida y posteriormente con su discurso. 

“En nombre de la Embajada, el Consulado y todas las oficinas especiales les doy la más calurosa bienvenida y los invito a celebrar con nosotros esta fecha, que sin duda es también para ustedes muy significativa, puesto que es una historia que compartimos –el Descubrimiento de América–.

De manera un poco jocosa, la Embajadora dijo que el espíritu del Almirante, donde quiera que se encuentre, debe estar muy conmovido en estos días por los diversos trabajos sobre la identidad de sus restos, si están en República Dominicana o en Sevilla, y que tal como le indicara en un momento el escritor Bernardo Vega, es posible que Cristóbal Colón ya esté resignado, porque al fin y al cabo no quería estar ni en Sevilla ni en Santo Domingo, sino en La Vega.

Al término de sus palabras, los invitados, entre estos el vicepresidente de la República Rafael Alburquerque, miembros del Cuerpo Diplomático y Consular, amigos y relacionados, disfrutaron un brindis consistente en variedad de vinos y bocados propios de España, tales como el jamón serrano, tortilla española, quesos y otras delicias.