Fiestas multitudinarias coronan
toma de posesión

Fiestas multitudinarias coronan <BR>toma de posesión

POR MARÍA MERCEDES Y CRISTINA MARRERO
La cantidad de personas era tanta como el calor que arropaba los salones de La Cariátides en la tercera planta del Palacio Nacional, donde el nuevo jefe de Estado, Leonel Fernández Reyna, recibió los saludos de las misiones especiales que visitaron el país para la toma de posesión, funcionarios del Gobierno, representantes de la Iglesia Católica, diplomáticos e invitados especiales que allí estaban presentes.

Ellos, invitados y anfitriones sabían que la noche había empezado. La jornada festiva comenzaba en el Palacio Presidencial, continuaba en el hotel Jaragua, y no se le veía final.

¿Quién diría que aún quedarían fuerzas, tras un día tan ceremonioso y ajetreado como fue el recién pasado 16 de agosto?

La realidad fue que tanto el ánimo como la cantidad de gente –entre jefes de Estado, funcionarios civiles y militares e invitados especiales– era para repartir. Y es que así, entre fuegos artificiales, música y promesas esperanzadoras, se marcó el inicio de un nuevo gobierno dominicano.

EN PALACIO… AFUERA

En las escalinatas captamos imágenes en las que, m;ientras una dama con exceso de busto y parca de ‘bustiere’ rayaba en lo “inadecuado” con su traje azul luminoso, otra más discreta y elegante cruzaba la misma alfombra roja con un vestido ceñido que mostraba de manera certera sus encantos.

Ellas, así como un resto compuesto por presidentes de diferentes naciones, primeras damas, altos funcionarios recién nombrados, e invitados especiales subían la escalera frontal del palacio presidencial.

Se encaminaban al brindis de honor, donde el nuevo presidente Leonel Fernández pronunciaría las palabras correspondientes a ese acto protocolar, previo a la celebración, dos horas más tarde.

La mejor manera de definir ese panorama exterior sería un abanico de contrastes reflejado en cada “clase” de invitados. Todo eso, enmarcado en un escenario de militares que garantizaban la seguridad, miembros de las escoltas presidenciales y automóviles de la Policía Nacional sorteando las motocicletas de la AMET entre bocinazos confusos, producto del normal entaponamiento vehícular.

Sobre las 9:00 p. m. ya habían llegado todos los invitados. Unos entraban, y otros salían a refrescarse con la escasa brisa que ocasionalmente soplaba.

Desde afuera podían verse en los balcones las personas en busca de aire. Reflejos de los trajes largos con sus estolas, de algunos uniformados, y otros que se confundían con las banderas dominicanas que pendían sin ondear.

No pasó mucho tiempo cuando empezaron a bajar acalorados, pero con suficiente entusiasmo, listos para reunirse nuevamente. Esta vez, en el Jaragua.

EN PALACIO… ADENTRO

A las 9:00 p. m., el primer mandatario de la Nación apareció acompañado de su esposa, la primera dama Margarita Cedeño de Fernández, así como de Yu Sky-Kun, primer ministro de Taiwán y su esposa Yang Pao-yu; Luiz Inácio Lula Da Silva, presidente de Brasil y su esposa Marissa Leticia Da Silva; Oscar Bergés, presidente de Guatemala y su esposa Wendy Widmann de Berger, primera dama de Guatemala; Abel Pacheco, presidente de Costa Rica y su esposa Leyla Rodríguez Stahl; Boniface Alexandre, presidente provisional de Haití; Michael Misick, primer ministro de las islas Turcas y Caicos; Etienne Nestor Ys, primer ministro de las Antillas Holandesas (Curazao), de quienes recibió el saludo anteriormente en el salón Embajadores.

Muchas caras conocidas estaban en el salón. Todos, amigos, funcionarios y diligentes del Partido de la Liberación Dominicana se saludaban y se felicitaban al mismo tiempo por sus designaciones. Pero, también estaban Daniel Ortega, ex presidente de Nicaragua; Hatuey de Camps y Henry Mejía, dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

El acto protocolar empezó con el saludo a los presentes por parte del maestro de ceremonia, Omar Liriano, quien invitó a pasar por la alfombra roja al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien fue la primera persona que saludó al Presidente; seguido de Jorge Subero Isa, presidente de la Suprema Corte de Justicia.

En los primeros minutos el saludo se desarrolló en un ambiente organizado, pero al final la seguridad no fue suficiente para detener la cantidad de personas que querían estrechar las manos del cuadragésimo séptimo presidente de la nación, juramentado a los 141 años de la Restauración  de la República.

“ESTA NOCHE, BAILEN MUCHO Y GOCEN MUCHO”

En este exclusivo hotel de la ciudad Primada de América también se festejó por todo lo alto. Miles de personas que apoyaron la candidatura del presidente Leonel Fernández se dieron cita. También embajadores y personalidades de alto rango le esperaron en el Teatro La Fiesta y en el salón Anacaona.

Desde adentro se escuchaban los fuegos artificiales que alegraron el cielo quisqueyano y a las personas que disfrutaban de las fiestas populares realizadas en el malecón.    

Cerca de las 11: 00 p. m., cuando todos los invitados esperaban impacientes, llegó el Presiente acompañado de su siempre sonriente esposa, Margarita Cedeño de Fernández. De inmediato todos los presentes se aglomeraron a su alrededor para desearles la mejor de las suertes.

Allí, el  nuevo mandatario ofrecía una cena formal, continuación del brindis efectuado en el Palacio Nacional; así como también en los salones de los hoteles Meliá Santo Domingo y Barceló Lina, lugares éstos a los que Leonel Fernández y su esposa llegaron para agradecer a sus compañeros del partido por el apoyo dado a su candidatura.

Mesas decoradas con manteles de colores diversos y topes de cristal con flores primaverales, constituían la sencilla, pero elegante decoración.

Mientras todos degustaban el menú compuesto por panecillos, antipasto mixto, dúo de medallones de res y pollo en salsa de boloña con demasse,  stanley cremoso de hongos, puré de yuca y papa, bouquet de vainitas, mousse de zanahoria al eneldo y Arroz Emperatriz, Leonel Fernández pronunciaba unas breves palabras, en las que exhortaba al disfrute del evento, recordando todo el trabajo que iniciaba a partir de la mañana siguiente.

En el Jaragua la fiesta estuvo amenizada por la orquesta de Jorge Tavéras y las actuaciones de Audrey Campos, Fernando Casado y Luchi Vicioso. Además, Claudine Bonó y Manuel Jiménez; en tanto que en el hotel Meliá estuvieron el maestro Víctor  Taveras, Edilí y Francis Santana y en el Salón La Mancha del Barceló Lina, José Antonio Rodríguez y Milagros Hernández.

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