SAO PAULO (AP) .- No todos los brasileños estarán remando para que Brasil consiga en Alemania su sexta Copa Mundial. Algunos estarán en la vereda del frente para impedir que el equipo de Carlos Alberto Parreira no salga campeón. Una cifra récord de técnicos brasileños y jugadores (los que no pudieron ir a Alemania con la seleción) participarán en el mundial como integrantes de otros equipos.

Además de Parreira, cuatro brasileños dirigirán selecciones rivales y cinco jugadores nacidos en Brasil se pondrán la camiseta de otro país.

Los nombres más prominentes en la lista serán Zico, el astro de los 80 que ahora dirige a Japón; y Luiz Felipe Scolari, timonel de la selección que ganó el mundial del 2002 y que ahora dirige a Portugal.  Costa Rica será dirigido por segunda vez consecutiva por Alexandre Guimaraes, quien primero se nacionalizó «tico» para actuar como jugador en el mundial de Italia 1990.

El otro técnico es Marcos Paquetá, quien hace unos meses atrás fue nombrado para conducir a Arabia Saudita tras el despido del argentino Gabriel Calderón. Paquetá tendrá a siete brasileños en su cuerpo de ayudantes.

Otros brasileños han tenido que buscar otros lares por el espacio limitado que hay en el seleccionado nacional.

Uno de las figuras de Portugal, Deco, nació en Brasil y se formó futbolisticamente aquí antes de naturalizarse portugués. El volante del Barcelona dijo que tomó esa decisión al considerar que no iba a ser tomado en cuenta.  Parreira dijo recientemente que Deco podría estar jugando ahora con Brasil, pero la FIFA no permite que un jugador haga el cambio para volver a su país de origen.

Otro volante, Antonio Naelson, hizo lo mismo al nacionalizarse mexicano. Naelson, del Toluca, apenas si es conocido en Brasil, pero figura en el equipo de México que Ricardo Lavolpe armó para el mundial.

España también su volante «brasileño». Se trata de Marcos Senna, que debutó con la selección el pasado 1 de marzo.

«El sueño de mi vida era participar en un mundial», dijo.

Senna llegó al Villarreal en el 2002 tras una irregular trayectoria en clubes brasileños. Fue dado de baja por el Corinthians en el 2000, cuando ese club era dirigido por Vanderlei Luxemburgo.