FLORIANOPOLIS, Brasil, AP. A la FIFA le preocupan los desafíos en materia de seguridad durante la Copa del Mundo en Brasil, pero no le asusta ser el blanco de las manifestaciones públicas que se esperan en junio.    

“La FIFA no trae ahora menos gente (a Brasil). En lugar de eso, estamos aumentando nuestro personal durante la Copa del Mundo, obviamente, y no estamos escondiendo nuestra marca”, dijo el jueves el director de seguridad de la FIFA, Ralf Mutschke.

“La FIFA no se siente un blanco y no nos estamos escondiendo, o nuestro símbolo. Estamos orgullosos de estar aquí y de celebrar la Copa del Mundo”, agregó.

El organismo rector del fútbol está satisfecho con el nivel de seguridad que proporcionaran las autoridades brasileñas, dijo Mutschke, quien garantizó que la FIFA “está altamente comprometida con garantizar la seguridad y protección para los aficionados, los jugadores y cualquier otro actor involucrado en nuestro evento”.

Mutschke estaba en un encuentro en la sureña ciudad de Florianópolis, donde los funcionarios brasileños mostraron presentaciones sobre seguridad a los representantes de los 32 equipos, y les explicaron a ellos y a la FIFA que esperar cuando regresen en unos meses.

“Es fácil preocuparse por el destino de la Copa del Mundo cuando usted está leyendo, por ejemplo, reportajes sobre las manifestaciones públicas en marcha, las escenas lamentables de violencia entre los aficionados, el recelo en lo que respecta a la delincuencia callejera, la prostitución infantil y el tráfico de drogas”, dijo Mutschke.

“No hay duda al respecto, la FIFA y el comité organizador local condenan cualquier forma de violencia. Simplemente no lo aceptamos”.  Los temores sobre brotes de violencia se derivan de las protestas que estallaron el pasado junio en todo el Brasil contra la corrupción, los malos servicios públicos y los miles de millones de dólares que se gastan en el Mundial y los Juegos Olímpicos del 2016 en Río de Janeiro.

Muchas de las quejas eran contra la FIFA, y en ese momento uno de sus autobuses claramente marcados fue dañado por los manifestantes.  Mutschke dijo que las manifestaciones no están directamente vinculadas con la FIFA, ya que abordan un rango de demandas más amplías de los brasileños.

Ningún partido se retrasó durante la Copa Confederaciones del año pasado, a pesar de que las protestas tuvieron lugar cerca de los estadios. La policía tuvo que mantener un anillo de seguridad alrededor de los escenarios que en la mayoría de los casos mantuvo a raya a los manifestantes, aunque en algunas ocasiones los grupos pudieron romper ese perímetro.