POR GERMAN MARTE
El ex presidente costarricenses José María Figueres afirmó ayer que los gobiernos no tienen la capacidad de pensar a largo plazo. Dijo que gobierno y largo plazo son palabras antónimas, y eso lo ha visto en su recorrido por todo el mundo.
Según el ex mandatario, para un gobierno el larguísimo plazo son las próximas elecciones, el plazo mediano la próxima encuesta y el corto la siguiente conferencia de prensa.
Al participar como invitado en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio, Figueres adujo que por la vía del cortoplacismo no se logra la competitividad a que aspiran los países latinoamericanos.
Por eso, sostuvo, hace falta pasar de la democracia representativa a la participativa, donde todos los ciudadanos puedan incidir en la toma de decisiones, no sólo el gobierno.
Figueres hizo una distinción entre lo que son políticas de gobierno y políticas estatales y afirmó que para que un país pueda avanzar requiere de estas últimas, no simplemente de políticas de gobierno que son de corto plazo.
Insistió en que se debe distinguir la competitividad verdadera de la espúrea y cortoplacista.
Un país se puede volver competitivo de la noche a la mañana con sólo devaluar su moneda, pero eso sería una competitividad espúrea, completamente cortoplacista y sin ningún futuro, aseveró Figueres.
Indicó que para lograr una mayor competitividad se precisa de años de esfuerzos sostenido.
Empero, ante los avances tecnológicos la gente tiene la expectativa de que las cosas se resuelvan ayer, y por eso cuando alguien le envía un correo electrónico a otra persona espera la respuesta antes de las dos horas, y si no es así siente que ha pasado un largo tiempo y se desespera.
Consideró que para un país lo más importante es definir un rumbo y mantener el norte, orientar todas las acciones de corto plazo siempre en la misma dirección.
No obstante, acotó, si cambian las circunstancias, nadie está obligado a seguir dogmáticamente un camino, y en eso los países deben ser ágiles y aprovechar las circunstancias. Recalcó que los países necesitan democracia participativa, planes a largo plazo, pero también la flexbilidad necesaria para cambiar lo que sea necesario.