PUERTO PRINCIPE (AFP).- Transcurrido un año desde la caída del presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, el país antillano inició este fin de semana el proceso que debe conducir a las elecciones generales hacia fines de este año, con el desafío de movilizar a los electores decepcionados.
Según un decreto publicado en la noche del sábado por el gobierno de transición del primer ministro Gerard Latortue, los comicios de sufragio universal se llevarán a cabo en dos rondas, el 13 de noviembre la presidencia y el 18 de noviembre las parlamentarias, después de las municipales previstas para el 9 de octubre.
Por primera vez en Haití, se va a establecer un «registro electoral permanente» en el cual estarán consignados los nombres de las personas habilitadas para votar en este país donde hay unos 4 millones de electores.
Se creará también una identificación nacional, válida por 10 años, con el fin de identificar a los ciudadanos con edad de votar en un país donde los registros de ciudadanía casi no existen, sobre todo en las regiones rurales.
Estados Unidos anunció que tiene previsto una importante contribución financiera para la instrumentación de esta identificación, que incluirá una foto y huellas digitales.
El decreto de ley impone que para ser candidato, se debe tener más de «35 años para la presidencia, 30 años para el Senado y desde 25 para ser electo en un puesto de diputado». Todo candidato «debe ser haitiano de origen y no haber renunciado jamás a su nacionalidad», precisó.
Para alentar la candidatura de mujeres, los partidos que presenten al menos 30% de los candidatas se beneficiarán de una reducción de sus gastos de campaña por parte del Estado.
Los partidos y grupos de partidos que presenten una lista de 40.000 miembros podrán beneficiarse de una subvención cuyo monto no ha sido fijado todavía.
El financiamiento privado de una campaña electoral para una persona no podrá exceder el millón de gourdes (unos 25.000 dólares), pero todo indica que el gobierno enfrentará problemas financieros para llevar a cabo las tres elecciones, que tendrán un costo total de por lo menos 45 millones de dólares.
En este monto no se toma en cuenta el costo de la movilización de efectivos civiles y militares de la ONU, que serán necesarios para la realización de la consulta popular.
Para reforzar la seguridad durante la votación y escrutinios, el gobierno se propone crear un fuerza de apoyo a la policía haitiana: una «guardia electoral» de 3.000 hombres para la cual aún no se han provisto los recursos.
Hasta ahora, los principales financiadores de las elecciones haitianas son Estados Unidos, que aportará 15 millones de dólares; Canadá, con 14 millones de dólares; la Unión Europea, con 10 millones de euros (unos 12,8 millones de dólares) y el propio Haití, con 2,9 millones de dólares.
El ex presidente Jean Bertrand Aristide renunció el 29 de febrero de 2004 bajo la presión de Estados Unidos, Francia y Canadá y una insurrección armada de ex militares. Aristide vive en la actualidad con su familia en Sudáfrica.